Bolsa, mercados y cotizaciones

El G7 se reúne con la responsabilidad de reavivar el crecimiento

MARSELLA, Francia (Reuters) - Los dirigentes de los países del G-7 se reúnen el viernes en Marsella con la responsabilidad de emprender medidas que reaviven un menguante crecimiento económico en los países industrializados y solucionar al mismo tiempo la peor crisis de confianza en los mercados financieros desde la restricción global al crédito.

Francia, el país anfitrión del encuentro, ha reclamado una respuesta coordinada del G-7 por la creciente ansiedad generada por la crisis de deuda en Europa y la debilidad de los bancos, que juntos han causado importantes caídas de las bolsas en las últimas semanas.

Las diferencias entre los problemas económicos que afrontan EEUU, Reino Unido y la zona euro complican la tarea, lo que significa que no se puede encontrar una solución que valga para todos.

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, dijo en Londres antes de embarcar en un vuelo con destino a Marsella que los responsables políticos deben tener la convicción necesaria para hacer frente a los retos actuales, también aplicando medidas no convencionales, y advirtió en contra de una consolidación fiscal excesiva en un clima de crecimiento titubeante.

Una fuente en Bruselas indicó que el G-7 probablemente acordaría mantener una política monetaria acomodaticia; ralentizar la consolidación fiscal en aquellos países en los que sea posible; y aplicar reformas estructurales.

No está previsto que se emita un comunicado posterior a la reunión, algo que el ministro de Finanzas de Francia, François Baroin, dijo que permitiría unas conversaciones más libres. El ministro comentó al periódico galo Le Figaro que cada país del G-7 debería adoptar medidas económicas que se adecúen a su situación.

"En cuanto al rumbo que se debe elegir, entre los estímulos y la consolidación presupuestaria, algunos están a favor de una acción uniforme", señaló Baroin. "Por mi parte, la tendencia tiene que ser buscar lo que mejor se adapte a la situación de cada país".

Los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales del G-7 se sentarán a hablar a media tarde del viernes en la ciudad mediterránea de Marsella.

Un almuerzo de trabajo dará lugar a sesiones informativas a partir de las 21:15 hora local de las delegaciones de Francia, Alemania, Canadá, Japón y del presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet.

EEUU Y OCDE QUIEREN SEÑALES FUERTES

El secretario del Tesoro de EEUU, Timothy Geithner, dijo el jueves que es "imperativo" reforzar el crecimiento. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico reclamó unas "señales fuertes" del G-7 e instó a los bancos centrales a mantener los tipos de interés bajos y plantearse otras formas de relajación monetaria.

Las economías asiáticas están profundamente preocupadas por la crisis de deuda y el crecimiento de Occidente y se espera que Japón también se pronuncie sobre la situación de la deuda soberana de la zona euro y exprese su inquietud por la fortaleza del yen, reservándose el derecho a actuar de forma unilateral.

El ministro de Finanzas, Jun Azumi, expresó en la noche del jueves que pediría la comprensión del G-7 en relación a sus intenciones de contrarrestar los movimientos especulativos en el yen.

Lagarde señaló que los países deben actuar ahora y deben hacerlo con "audacia", respaldando al mismo tiempo el recurso de nuevas medidas cuantitativas por parte de los bancos centrales. La directora gerente agregó que el reto es encontrar un ritmo de ajustes que no sea demasiado rápido ni demasiado lento.

"Si el crecimiento sigue perdiendo impulso, los problemas en las hojas de balances empeorarán; la sostenibilidad fiscal se verá amenazada; y el margen de políticas que puedan salvar la recuperación desaparecerá.

Una nota de investigación de Morgan Stanley especulaba con la posibilidad de que los bancos centrales anuncien una forma de relajación monetaria este mismo fin de semana.

Tanto el Banco Central Europeo como el Banco de Inglaterra mantuvieron el jueves sus tipos de interés sin cambios, lo que acentuó el pesimismo en Europa, y ninguna de esas entidades indicó que una modificación podría ser inminente.

Wall Street cerró con un pronunciado recorte el jueves después de que el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, se abstuviera de dar indicación alguna de la introducción de nuevos estímulos para potenciar la economía.

Mientras que Europa quiere seguir con el compromiso con la austeridad, EEUU está más cerca de la postura del Fondo Monetario Internacional sobre la necesidad de un estimulo fiscal.

El presidente Barack Obama anunció en la noche del jueves un paquete de 447.000 millones de dólares (unos 317.000 millones de euros), que incluye recortes fiscales y gasto público con el fin de crear empleo y dar un empujón a la economía.

En una columna de opinión en el Financial Times, Geithner indicó que a pesar de que no fuera posible una repetición de los estímulos de 2009, hacía falta actuar con decisión para hacer frente a unas perspectivas de crecimiento más pesimistas en los países más ricos.

La OCDE anunció el jueves una previsión de crecimiento en los países del G7 del 0,2 por ciento en el último trimestre de 2011.

/Por Catherine Bremer/

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