Bolsa, mercados y cotizaciones

Cómo puede especular si Obama nos trae un rebote

Bernanke aplazó el debate. Pero eso no significa que haya terminado. El mercado continúa buscando pistas sobre si se puede producir, o no, otro plan de estímulo, o QE3, pero son más las dudas que hay sobre la mesa.

No tenemos confianza en que las medidas extraordinarias puedan ser algo más que un rebote. Además de la menor flexibilidad fiscal en Estados Unidos, está la crisis europea en un punto más caliente que el año pasado, lo que provoca que los bonos americanos coticen incluso más tensionados que antes de que en noviembre de 2010 Bernanke anunciara el QE2: ahora la rentabilidad del bono a 10 años en mínimos de 60 años, por debajo del 2 por ciento; por entonces cotizaba en la zona del 2,38 por ciento

Sectores que pueden repetir

Desde que a mediados de octubre de 2010 se comenzó a especular con la inminente puesta en marcha de una segunda ronda de estímulos en EEUU (el famoso QE2), y hasta que el 3 de noviembre se confirmó la noticia, algunas industrias aprovecharon el tirón de la rumorología para apreciarse con fuerza.

Así, en el S&P 500 brillaron subíndices sectoriales como el de aerolíneas o papeleras, que después de confirmarse oficialmente el arranque del QE2 perdieron atención en favor de otros como el de ingeniería y construcción. Sin embargo, hay industrias que lograron sacar tajada en el previo al anuncio de nuevas medidas y que no decayeron una vez que se confirmó la nueva remesa de estímulos.

Entre ellas, destacan diez: la de petróleo y gas, la de carbón, las químicas especializadas en fertilizantes, los proveedores de Internet, los fabricantes de software, los minoristas del sector automovilístico, de moda y accesorios y de alimentación, las tecnológicas líderes en semiconductores y el sector sanitario, especialmente su rama de servicios.

Todos ellos experimentaron repuntes de entre el 15 por ciento y el 27,5 por ciento en el escaso mes y medio en el que el mercado lidió con los rumores y la digestión de aquel plan que llegó a su fin oficialmente el pasado 30 de junio. Por si la historia se repite, los inversores que deseen ganar exposición a estos sectores cuentan con una gama bastante amplia de fondos sectoriales cotizados (ETF) en el parqué americano.

Firmas como State Street, Invesco PowerShares, BlackRock iShares o US Commodity Funds, entre otras, son punteras a la hora de ofrecer productos ligados a la evolución de algunos subíndices del S&P 500. Siempre y cuando los inversores estén dispuestos a asumir los riesgos que puede conllevar una apuesta de estas características.

Por un lado, como ya hemos dicho la situación es algo distinta que a finales de 2010. Entonces el evaporamiento del riesgo de deflación benefició sobre todo a sectores como la energía o el consumo, pero puede que esta vez las cosas no les vayan tan bien.

A todo esto hay que sumar que la contratación de ETF en el extranjero puede disparar los gastos para los inversores, que además tendrán que aceptar una fiscalidad, la de los ETF, que ni de lejos es tan ventajosa como la de los fondos tradicionales.

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