Igual es difícil que recuerde como, en la pasada temporada de resultados, el número uno por valor bursátil suizo, Nestlé, lloraba amargamente al explicar cómo la evolución del franco estaba impactando en sus resultado
Fue su consejero delegado, Paul Bulcke, el que reconoció que había influido la fortaleza del franco suizo en que sus números no convencieran. Porque cuando traslada los ingresos logrados en otros países a francos, el tipo de cambio le juega una mala pasada al mermarlos.
Ese efecto, (que ahora puede ser al contrario), es lo que de manera más directa provocó la subida que se anotó ayer la bolsa suiza. El SMI sumó más de un 4 por ciento, mientras que el resto de parqués cotizaban en números rojos. La única explicación posible es que está sentando muy bien la fuerte caída del franco contra el resto de divisas (el euro sube un 8 por ciento frente a ella y el dólar casi un 9 por ciento).
Ayer el Banco Nacional Suizo (SNB) anunció que iba a controlar más de cerca el tipo de cambio frente al euro, y si logra el objetivo de mantener la divisa bajo control, esto podría sacar lustre a los resultados de las empresas cotizadas y provocar mejoras en las expectativas.
Unas hipotéticas revisiones al alza que, de producirse, puede que ya no pillen por sorpresa a nadie y que de hecho estén puestas en el precio de las acciones que cotizan en este mercado.
Tenga en cuenta que la batalla del Banco Nacional Suizo ya viene de largo. Desde que arrancó el mes pasado, la institución lleva anunciando medidas encaminadas a relajar la cotización del franco con cuentagotas y, aunque lo que hizo ayer ha sido dar un golpe sobre la mesa, el mercado ya ha comprobado que iba en serio.
Desde el 10 de agosto, que es cuando el franco marcó máximos frente al euro (contra el dólar lo hizo un día antes), la divisa se ha relajado, algo que podría haber provocado un comportamiento mucho mejor del parqué suizo sobre el resto. El SMI acumula una subida desde esa fecha del 7,33 por ciento, frente al 0,11 o 6,54 por ciento que ceden en el mismo periodo indicadores europeos como el Cac o el Dax. El Ibex se deja entre dichas fechas un 1,26 por ciento.
Un mercado contra la corriente
El buen comportamiento del SMI no es otra cosa que el reflejo de la buena evolución de las grandes empresas por valor bursátil suizas. Entre las 10 más importantes de este mercado (Nestle, Novartis, Roche Holding, UBS, ABB, Credit Suisse Group, Zurich Financial Services, Syngenta, Compagnie Financiere Richemont y Swisscom) sólo Credit Suisse cede terreno desde el 10 de agosto.
No parece, además, que sea por algo más que por la caída del franco. No sólo porque lo han hecho a contracorriente de otros mercados, sino porque desde el lado fundamental sí se está produciendo una revisión al alza de las previsiones de beneficio. Y justo desde el 10 de agosto.
De media, las expectativas de beneficio para este ejercicio de los 10 pesos pesados suizos avanzan más de un 2 por ciento desde esa jornada y lo hacen en el caso de seis de ellos (las excepciones son Credit Suisse, Roche, UBS y Nestlé) ¿Piensa que es porque las empresas suizas tienen una receta mejor que el resto para el futuro?
Puede que sí, pero hay un dato en contra. Esas mismas estimaciones sólo mejoran en el caso de cuatro de esas 10 (ABB, Novartis, Zurich y Swisscom) cuando se comparan con las que manejaban los bancos de inversión el pasado 1 de agosto.