
El pánico comenzó el lunes y ayer, con el mercado americano abierto, continuó. Ante el escenario de pánico que se volvió a dibujar en los mercados, los inversores volvieron a confiar en los activos refugios. Así, el bono alemán y estadounidense a 10 años marcaron nuevos mínimos ante la creciente demanda.
Y es que los datos que se fueron conociendo no invitaron al optimismo. La posibilidad de una recesión provocó, de nuevo, una fiebre vendedora en la renta variable que llevó a las bolsas europeas a marcar nuevos mínimos y, con ello, un nuevo viraje a los activos refugio. Ante este contexto, la deuda americana y la alemana fueron, de nuevo, el reclamo de los inversores.
Aunque el bund alemán no llegó a cerrar en mínimos -acabó repuntando mínimamente hasta el 1,848 por ciento-, los títulos alemanes a 10 años llegaron a cotizar intradía en el 1,824 por ciento, cifra que marcaba nuevos mínimos históricos. Sin embargo, esta caída en la rentabilidad no provocó un repunte en las primas de riesgo de Italia y España. El diferencial del bono español y el alemán a 10 años se relajó hasta situarse en los 338 puntos básicos.
Mientras, en el caso de los bonos americanos a 10 años comenzaron la semana -el lunes no cotizaron- con una corrección en su rentabilidad de casi el 4 por ciento (la rentabilidad cae cuando aumenta la demanda) hasta marcar intradía el mínimo histórico del 1,9066 por ciento. No obstante, a media sesión, ya repuntaba hasta el 1,9736 por ciento. Estos nuevos mínimos sólo son la continuidad de la caída que comenzó el viernes, cuando ambos activos cayeron por debajo del 2 por ciento.
En el caso contrario, de nuevo el mercado mira a Grecia. Los títulos griegos siguieron la escalada en su rendimiento. El bono a 2 años marcó un nuevo máximo histórico al situar su rentabilidad en el 52 por ciento.