CHICAGO, EEUU (Reuters) - En la búsqueda por el eslabón perdido en la evolución hasta las ballenas modernas, los científicos han dado con un sorprendente primo terrestre, una criatura del tamaño de un mapache con el cuerpo de un ciervo pequeño.
Los científicos saben desde hace tiempo que las ballenas tuvieron antepasados que caminaban sobre la tierra. Ahora, un equipo liderado por Hans Thewissen, de las facultades de Medicina y Farmacia de la Universidad de Ohio del Nordeste, ha reunido los trozos de una serie de fósiles intermedios que rastrean el viaje evolutivo de las ballenas de la tierra al mar.
El equipo de Thewissen halló semejanzas clave en el cráneo y las orejas que sugieren una relación con los cetáceos, una familia que incluye a ballenas, delfines y marsopas.
Todo ello sugiere que el pequeño y robusto Indohyus pasaba mucho tiempo en el agua.
"Claramente, éste no es el caso. El Idohyus era herbívoro, y evidentemente acuático", dijo Thewissen en un informe.
"Los cetáceos provienen de un antepasado semejante al Indohyus, y se pasaron a una dieta de presas acuáticas", escribió el equipo.