La opción más probable es que venda bonos a corto plazo para comprar a largo, aunque después de septiembre.
Ben Bernanke tiene todavía muchas herramientas en su cinturón; el problema es si tienen la suficiente fuerza para marcar la diferencia. Wall Street ha decidido interpretar el discurso del viernes pasado en Jackson Hole como una señal de nuevas acciones para intentar levantar los mercados y la economía.
Las expectativas de que se anuncien nuevas medidas subieron cuando Bernanke dijo que la reunión se alargaría de uno a dos días, lo que indica que hay que tomar decisiones importantes. El problema, según los analistas, es si un QE3 será capaz de inspirar confianza en la economía, que es lo que hace falta. Después de ampliar su balance en 2,5 billones de dólares, la confianza del consumidor se desplomó en agosto cuando la bolsa se hundió, y el empleo aún no se ha recuperado pese a casi 1 billón en estímulos gubernamentales. Esto dibuja un escenario muy incómodo para Bernanke, en el que se puede ver obligado a actuar por las críticas sobre la escasa eficacia de los dos programas de QE anteriores. "Los datos que salgan hasta el 20 de septiembre son cruciales, absolutamente cruciales", señala Quincy Krosby, de Prudential Financial.
Pero Bernanke cuenta con otras opciones. Su menú consta de cuatro posibilidades, ordenadas de más a menos probable según el consenso de los profesionales del mercado: vender sus bonos a corto plazo para comprar títulos a largo plazo (operación twist) en un intento de reducir los tipos a largo y estimular la inversión; eliminar el interés que paga a los depósitos de los bancos, lo que impulsaría a los bancos a volver a prestar dinero; compras directas de activos, como los 600.000 millones en bonos del Tesoro que compró con el QE2; o fijar un objetivo de inflación, que mantendrá los tipos bajos mientras los precios se mantienen dentro de los parámetros fijados.
La última opción se ha vuelto más problemática, con un IPC que se disparó hasta el 3,6% el mes pasado. "Los inversores esperan que la Fed alargue la duración de su cartera (Operación Twist) al reinvertir las ganancias de los cupones en bonos del Tesoro a más largo plazo", según el estratega de Merrill Lynch Anurag Bhardwaj.
Otra de las preguntas más acuciantes es el timing de la nueva relajación monetaria. En este sentido, lo más relevante es la evolución del paro, que parece quevolverá a crecer en agosto. Aun así, salvo que los datos empeoren de forma drástica, la Reserva Federal usará su reunión de septiembre para insinuar un posible cambio en su cartera.