Tras la tormenta que vivieron los mercados financieros en agosto parecen soplar nuevos vientos que están permitiendo a las bolsas rebotar frente a las fuertes pérdidas acumuladas en los últimos treinta días.
Algo parece haber cambiado en la mentalidad de los inversores quienes muestran ahora ciertas dudas sobre cosas que prácticamente daban por sentadas hace apenas unos días. Los rumores de un rescate de Bank of America han perdido intensidad desde que el gurú financiero Warren Buffet anunciara el miércoles de la semana pasada que invertiría 5.000 millones de dólares en esta entidad. Algo muy parecido ha pasado con la idea de que EEUU caminaba inexorablemente hacia la recesión, aunque en la reunión de Jackson Hole del pasado viernes no se concretaron medidas Bernake mandó un mensaje rotundo indicando que la Reserva Federal hará todo lo que sea necesario para apuntalar la recuperación, y la lectura de las Actas de la Fed del pasado martes redundaba en esa cuestión.
Sin embargo el sentimiento bajista sigue siendo el predominante en el mercado bursátil de manera que para que este rebote cobre cuerpo y no se quede en flor de un día, el índice que confirma una señal definitiva de inflexión debe ser el tecnológico Nasdaq. En opinión de los expertos de Ecotrader, el soporte que debe de mantener al cierre de este mes de agosto se sitúa en la cota de los 2.180 puntos. Otro ejemplo de que soplan nuevos aires en el mercado se aprecia en las reacciones de los inversionistas ante las referencias macroeconómicas, ante las que los mercados parecen reaccionar positivamente incluso si éstas son negativas.
La causa de este aparente 'masoquismo bursátil' radica, según indica Daniel Pingarrón de IG Markets, en que unas malas referencias macroeconómicas son un elemento de presión añadido para las autoridades para intervenir con nuevos estímulos. "Un empeoramiento de los datos en EEUU refuerza la necesidad de nuevos estímulos monetarios. Y todo ello tras el fuerte castigo recibido por los índices bursátiles, que en general han vivido el peor mes desde 2008, habilitando un gran espacio que recorrer al alza".
En cualquier caso en la jornada de ayer las referencias tuvieron sus luces y sus sombras. Por un lado, se conoció un dato de empleo privado desfavorable de la consultora ADP, pero el índice NAPM de manufacturas de Chicago cayó hasta 56,5 en agosto desde 58,8, pero se sitúa por encima de la previsión de 53,5. Además, los pedidos de fábrica subieron en julio un 2,4%, por encima del 1,8% esperado. A raíz de todos estos factores los indicadores americanos cerraron con unos tenues repuntes del 0,46, el 0,15 y el 0,49% el Dow Jones, el Nasdaq y el S&P 500 en cada caso.
Mejor sesión tuvieron los selectivos europeos que cerraron con alzas del 2,5% el Dax; 3,07 el Cac 40; del 2,70 el Ftse-100 y del 2,34% del luso Psi20. El Ibex se portó mejor que sus vecinos y se anotó al cierre un repunte del 3,24%. Los datos económicos del viejo Continente fueron también un aliciente para que las compras predominaran sobre las ventas en los parquets. Por un lado el déficit público de España, de 22.746 millones de euros en los siete primeros meses del año, bajó un 11,8% respecto al mismo periodo del 2010, hasta un 2,09% del PIB, lo que permitió a la prima de riesgo bajar en 6 puntos básicos hasta los 282. Desde el país vecino también llegaron noticias que alentaron el optimismo por parte de los inversores. El ministro de Finanzas de Portugal, Vítor Gaspar, anunció hoy "un corte sin precedente" en la deuda pública del país a través de nuevas medidas de ajuste, en especial en el ámbito tributario, y estimó que la economía lusa volvería a la senda del crecimiento en 2013, con un repunte del 1,2%, apoyándose sobre todo en su sector exportador.
