Bolsa, mercados y cotizaciones

Comienza la semana: los resultados de las tecnológicas podrían contrarrestar a los bancos

Por si Wall Street no estaba ya suficientemente descolocada después del (aparente) fracaso de la acción coordinada de los bancos centrales para inyectar liquidez extra al sistema, esta semana la crisis de crédito puede cobrar una nueva dimensión. Los resultados de las grandes entidades confirmarán el alcance de la crisis de crédito.

La razón es que presentarán sus cuentas anuales -cierran el ejercicio el 30 de noviembre- los principales bancos de Wall Street. Y, a la vista de la anterior temporada de resultados y de la revisión al alza posterior de las pérdidas, los augurios son muy negativos.

Y dado que Nueva York se vino por fin abajo el viernes, después de dos días aguantando el tipo tras el anuncio de los bancos centrales, por culpa del mal dato de IPC, estos malos augurios para los bancos han metido el miedo en el cuerpo a analistas e inversores. Ahora bien, hay otros que sostienen que los bancos han exagerado valorando prácticamente a cero la mayoría de sus activos 'tóxicos', que se han pasado de prudentes, vamos, y que las cuentas que van a dar ahora no van a ser tan horribles. Lo cual tendría un efecto positivo en Wall Street, claro. Las citas claves serán Goldman Sachs (martes), Morgan Stanley (miércoles) y Bear Stearns (jueves).

Si las expectativas para los bancos son negras, ocurre todo lo contrario con dos tecnológicas de peso que también publicarán sus cuentas y de las que se espera que batan las previsiones: Palm (martes), Oracle (miércoles) y Research in Motion (jueves). Si es así, podrían contrarrestar el impacto negativo de los bancos en el mercado, al menos evitar que el Nasdaq baje tanto como los índices tradicionales.

Toso esto estará aderezado por un buen puñado de datos económicos, en medio de un escenario que se complicó extraordinariamente el viernes porque, con una inflación del 4,3%, va a ser muy difícil que la Fed siga bajando tipos al ritmo que esperaban los mercados. La referencia clave de la semana será la medida de la inflación favorita de la Fed, el PCE (índice de gastos personales de consumo), que conoceremos el viernes.

Además, tendremos las viviendas iniciadas (martes), la revisión final del PIB, el índice de la Fed de Filadelfia y el indicador adelantado (jueves), y los gastos e ingresos personales y el índice de confianza de la Universidad de Michigan (viernes).

Wall Street está muy despistada con la acción coordinada de los bancos centrales para atajar la crisis de crédito. No sabe cómo tomársela. El miércoles no se sumó al 'rally' de las bolsas europeas, pero el jueves tampoco se hundió como nuestros mercados. De hecho, fue reduciendo las pérdidas iniciales hasta que el Dow Jones y el S&P 500 terminaron en positivo.

La subida final fue del 0,33% para el Dow y del 0,12% para el S&P. Por el contrario, el Nasdaq mantuvo una caída del 0,1% al cierre. Si la lectura inicial de la acción de los bancos centrales fue positiva, luego surgieron enormes dudas sobre su eficacia y, sobre todo, sobre el mensaje implícito de que la crisis es tan grave que requiere una medida tan extraordinaria. A pesar de ello, Wall Street mantiene la confianza en una solución más o menos rápida; de ahí su resistencia a caer. ¿Una actitud suicida? Muchos piensan que sí, y no tardaremos mucho en saberlo.

Y eso que el jueves tuvo bastantes argumentos más para bajar. Los precios industriales se dispararon el 3,2% en noviembre, la mayor subida en 34 años y muy por encima de lo esperado. También fueron malos los resultados de Lehman Brothers, el primer banco que da cuentas anuales, aunque no tan malos como muchos temían. Y Bank of America confirmó sus malas perspectivas.

En el lado positivo, las ventas minoristas lograron la mayor subida en seis meses, del 1,2%, lo cual indica que el consumo privado, de momento, no se ha visto afectado por la crisis financiera ni por la inmobiliaria.

En otros mercados, reina la misma indecisión que en la bolsa. El dólar se quedó con los datos de ventas e inflación, que apuntan claramente al fin de las bajadas de tipos, y subió frente al euro, que acabó en 1,4627 dólares. Los bonos hicieron la misma lectura, con lo que volvieron a caer en precio y a subir en rentabilidad, hasta el 4,18%. El petróleo corrigió el subidón de la víspera y cayó hasta 92,25 dólares.

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