
La alta volatilidad que invade al mercado llevó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a anunciar, con los parqués cerrados, la prórroga de la prohibición que, el pasado 11 de agosto, se estableció sobre las operaciones con posiciones cortas en acciones relacionadas con el sector financiero, hasta el 30 de septiembre.
Sin embargo, el regulador español no ha sido el único en alargar la decisión. Otros cuatro países europeos -Francia, Bélgica, Italia y Grecia- también se unen a la prorroga de esta medida aunque no todos la han extendido igual.
Junto con España, donde la CNMV añadió que el objetivo es "dejar sin efecto la prohibición tan pronto como lo permitan las condiciones del mercado", Italia ha determinado ampliar también el veto a las operaciones en corto hasta el 30 de septiembre. Una duración que, en el caso de Francia, será mayor. Ayer, el órgano supervisor de la Bolsa de París, anunció, en línea con el regulador español, su resolución de extender "hasta nueva orden y por una duración que no exceda el 11 de noviembre" la suspensión de las ventas en corto en diez valores bursátiles correspondientes a entidades financieras galas. Mientras que el tercer protagonista, Bélgica, no estableció desde el inicio una fecha de caducidad a esta prohibición, por lo que no ha requerido proclamar su extensión.
La decisión, que estaba prevista para hoy, se adelantó al cierre del mercado en una jornada en la que las bolsas europeas se vistieron de rojo. Las pérdidas volvieron a predominar en los parqués europeos que, una vez más, danzaron al son de Wall Street. Las ganancias acumuladas por la mañana se esfumaron con la apertura del parqué americano que no logró digerir la dimisión de Steve Jobs, consejero delegado de Apple, a pesar del empujón que Warrent Buffett otorgó al sector financiero con la inversión de 5.000 millones de dólares en Bank of America. Así, el Ibex 35, que llegó a rebotar un 1,3 por ciento, cerró en los 8.299 puntos, tras ceder un 0,84 por ciento y negociar 1.650 millones de euros.
Sin embargo, no fue el peor de Europa donde los índices cerraron con pérdidas en torno al 1 por ciento. La volatilidad volvió a presidir una jornada en la que cualquier rumor es suficiente para desestabilizar al mercado. Prueba de ello fue Alemania cuyo principal índice bursátil, el Dax 30, llegó a caer más de un 4 por ciento por informaciones posteriormente desmentidas, hasta cerrar como el peor índice europeo.
Al otro lado del Atlántico, Wall Street espera con insistencia que la Reserva Federal anuncie hoy un nuevo paquete de medidas de estímulo que frene la recesión que el mercado ya descuenta, pero hasta entonces los números rojos volvieron ayer a la bolsa estadounidense. Los principales indicadores cedían más de un 1 por ciento a media sesión en una jornada en la que de nuevo los datos de desempleo volvieron a chafar cualquier síntoma alcista. En esta ocasión la cifra asciende a 417.000 solicitudes en una semana, frente a las 405.000 que esperaban los expertos de Bloomberg. Otro mal dato macro que provocó una avalancha de ventas en el Dow Jones, donde sólo Bank of America y J.P. Morgan cotizaron en positivo.
Un respiro en la renta fija
En el mercado de deuda la nota discordante la volvió a poner Grecia. El rendimiento del bono griego a diez años marcó ayer un nuevo máximo histórico al sumar su octava subida consecutiva y situarse en el 18,55 por ciento durante la sesión. Con esta nueva oleada de ventas (la rentabilidad sube cuando el precio de los títulos baja), el rendimiento de los bonos repunta cerca de dos puntos porcentuales en lo que va de semana y cuatro en lo que va de mes.