MADRID (Reuters) - La bolsa española acabó el martes con baja y en un tono de marcada volatilidad al sumarse a la tendencia de los mercados periféricos del euro que seguían dominados por el pesimismo sobre el crecimiento económico, añadido a los temores sobre la crisis de la deuda soberana.
El efecto negativo que supone para el sentimiento inversor la constatación de que la economía global está atravesando una fase de desaceleración era parcialmente neutralizado por la creciente convicción de que los tipos de interés oficiales permanecerán a unos bajos niveles para no lastrar aún más las débiles tasas de crecimiento en Estados Unidos y en Europa.
"Parece que está arraigando la idea de que los bancos centrales (entre ellos el Banco Central Europeo) no van a poner trabas a una recuperación del pulso económico y eso puede llevar varios meses", dijo un analista.
"Esto supone un contrapeso al pesimismo que se ha instalado en los mercados sobre la capacidad de las principales economías del mundo para remontar desde la desaceleración observada en los datos más recientes", añadió el analista.
El hecho de que el Tesoro Público español lograse colocar el en subasta el 98 por ciento de un objetivo de 3.000 millones de euros en Letras 3 y 6 meses a un menor coste financiero tuvo un efecto inicial favorable, aunque después se diluyó.
A las 1745 horas, el diferencial de la deuda española a 10 años frente a su equivalente alemán se ubicaba en los 283 puntos básicos (pb), sin cambios apreciables desde sus niveles de las últimas transacciones del lunes.
Una cifra de venta de vivienda en EEUU más floja que a la esperada enfrió al mercado y limitó la presencia del dinero.
Las ventas de nuevas viviendas unifamiliares en Estados Unidos cayeron en julio más de lo esperado hasta tocar un mínimo de cinco meses, según los datos publicados el martes por el gobierno estadounidense.
El cierre de los grandes valores del Ibex se saldó con un resultado desigual. Santander cerró sin cambios a 6,138 euros, Telefónica subió un 0,61 por ciento y BBVA cayó un 1,01 por ciento.
Entre los bancos de mediana capitalización, Popular subió un 0,75 por ciento y Sabadell un 0,34 por ciento, mientras Bankinter bajó un 0,91 por ciento.
El sector de la construcción también registró un saldo desigual, con bajas del 4,94 por ciento para Sacyr -- la mayor del Ibex -- y alzas del 0,82 por ciento para ACS y del 1,25 por ciento para Obrascon.
Entre otros valores líderes, Repsol bajó un 0,57 por ciento tras ganar la víspera un 2,8 por ciento, cuando se viera favorecido por las esperanzas de una pronta solución al conflicto civil en Libia.
Por su parte, Iberdrola ganó un 0,08 por ciento entre noticias en prensa en el sentido de que la eléctrica espera concretar en el cuarto trimestre el plan de integración de los grupos locales brasileños en los que participa la empresa española.
Entre los valores particularmente bajistas se encontró Abengoa que, con un caída cercana al 3,0 por ciento sufrió una de las mayores bajadas del Ibex después de que el lunes ganara un 2,85 por ciento.
CAM, que no cotiza en el Ibex, cerró con un recorte del 2,29 por ciento en un mercado pendiente de la subasta de la caja de ahorros intervenida por el Banco de España en julio.
El Ibex-35, que llegó a tocar un máximo del día de 8.480,1 puntos, cerró con una baja del 0,17 por ciento a 8.279,8 puntos, mientras el paneropeo Eurofirts avanzó un 0,65 por ciento.