Bolsa, mercados y cotizaciones

"Me he vuelto más pesimista conforme la crisis ha evolucionado"

"La bajada de los tipos de interés debe ser buena para los mercados" Foto: archivo
No lo puede negar. Ni evitar. Keith Wade, economista jefe de la gestora Schroders, es británico. De la cabeza a los pies. Y para más señas trabaja en la City, en pleno corazón financiero de Londres. En sus ojos tiene ese brillo que caracteriza a las personas despiertas, una cualidad que combina con ese tono fino e irónico tan propio de los ingleses. Y lo demuestra incluso en momentos tan delicados como éste, en el que los mercados financieros están envueltos en una crisis cuyo origen se remonta a julio, pero de la que sigue sin atisbarse el final.

En este sentido, y aunque reconoce que los problemas que están sobre la mesa son realmente serios, también subraya la existencia de tablas de salvación que pueden ayudar a paliar los riesgos potenciales.

¿Cómo valora la situación actual? ¿Es optimista, pesimista... o realista?

Soy realista. No oculto que al principio fui optimista, porque pensé que la situación se resolvería por sí misma, pero me he vuelto más pesimista conforme la crisis ha evolucionado. El panorama fue empeorando durante el tercer trimestre, y los problemas han ido extendiéndose y creciendo a través del sistema bancario.

¿Cuáles son los principales riesgos que contiene la situación actual?

El primero, que el ajuste del sector residencial en Estados Unidos se acelere, con el consiguiente incremento de las posibilidades de que la economía entre en recesión. Por otra parte, sería preocupante que las tensiones del mercado crediticio se prolongaran durante 2008, ya que podríamos entrar en un periodo sostenido de debilidad. Pero también hay aspectos que pueden ayudar a que el aterrizaje sea suave, como la fortaleza que sigue presentando el sector empresarial y la pujanza del crecimiento económico global.

¿Hasta qué punto puede haber un contagio de los problemas financieros a la economía real?

El riesgo es bastante alto y está claro que ha crecido. Lo que hay que ver ahora es cómo evoluciona el consumo y la actividad empresarial.

Sin embargo, y pese a todos los temores existentes en este momento, en el tercer trimestre la economía estadounidense creció a una tasa interanual próxima al 5 por ciento, la más elevada desde el tercer trimestre de 2003. ¿Está de acuerdo con el ex presidente de la Reserva Federal (Fed), Alan Greenspan, en que la economía se ha vuelto más resistente?

En los diez últimos años, la economía ha demostrado que es mucho más fuerte. Sobre todo, lo que se puede destacar es que las economías, y dentro de ellas aspectos como el empleo y la propia actividad empresarial, se han vuelto más flexibles. Y eso es cierto que la ha hecho más resistente.

Aunque sea duro decirlo por la magnitud de los problemas existentes, ¿era necesaria una crisis para purgar los abusos cometidos en los últimos años?

Está claro que los mercados de crédito se habían recalentado. En ese sentido, era necesaria una corrección que introdujera más sensatez. Pero las crisis son siempre peligrosas. Sobre todo por cómo afectan al optimismo, ya que la desconfianza puede crecer como una bola de nieve que sigue rodando.

¿Se obtendrá alguna lectura positiva de esta crisis?

Sí, es posible. Se habla de aspectos vinculados a la legislación o la regulación, pero creo que la situación actual está subrayando la necesidad de que haya una mayor transparencia. Probablemente, ésta será la lección que se extraiga de las turbulencias.

Y en este escenario, ¿qué futuro les espera a los mercados bursátiles?

Todo está sometido a una fuerte incertidumbre, pero la bajada de los tipos de interés debe ser buena para los mercados. De momento, lo que se puede decir es que, por valoración, las cotizaciones continúan sin estar caras. Sin embargo, en este terreno habrá que ver cómo se comportan los resultados empresariales en el futuro, porque puede provocar un incremento del PER (número de veces que el beneficio está recogido en el precio de las acciones).

¿Qué se puede decir del dólar? ¿Puede prolongar su declive?

Por un lado, está claro que el dólar ha caído de forma desproporcionada frente al euro. Pero es posible que la divisa estadounidense se debilite más por el preocupante escenario que envuelve a la economía norteamericana y la posibilidad de que la Reserva Federal siga adelante con el descenso de los tipos de interés. Además, no hay que olvidar el alto desequilibrio comercial que sigue arrastrando Estados Unidos.

Una vez que las turbulencias pasen, ¿cómo debería retirar dinero la Fed para evitar que se repitan los errores y los excesos del pasado, fomentados posiblemente por una política monetaria demasiado expansiva?

Depende del shock que llegue a suponer finalmente la crisis financiera. Si ahora actúa de forma correcta y todo se normaliza, tal vez debería aumentar los tipos de interés para no repetir esos errores anteriores. Habrá que ver el ritmo en que lo hace, pero es difícil de predecir. Sobre el pasado, la Fed bajó los tipos hasta el 1 por ciento en 2003 porque el riesgo de deflación -caída de los precios- era alto. El problema, en efecto, pudo venir después. La subida posterior de los tipos fue demasiado lenta.

Uno de los temas que está sobre la mesa, pero que ha quedado aparcado por la crisis, es la posibilidad de que la Fed introduzca un objetivo definido de inflación. ¿Cree que el banco central estadounidense necesita dar ese paso?

Desde mi punto de vista, el objetivo de inflación contribuye a anclar las expectativas, por lo que considero que es positivo. La Fed ya es una institución que tiene credibilidad, pero de ese modo lo sería más. Lo que sí parece claro es que la Fed de Bernanke -el actual presidente de la institución- es más transparente y sistemática, mientras que la Fed de Greenspan -su predecesor- era más personalista, y tal vez por ello más flexible.

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