La semana pasada desapareció del top 20 de compañías europeas con mayor rentabilidad, pero ha regresado con fuerza. Prueba de ello es que se ubica en la quinta posición entre todas las empresas del Viejo Continente que forman parte del Selector de Valor, la estrategia de elEconomista que busca los valores con mayor rendimiento de entre los distintos sectores de actividad.
El motivo de su ida y regreso parece estar íntimamente ligado a los avatares de la moneda helvética. Algo que la propia empresa dejó caer en la ultima presentación de resultados que tuvo recientemente. Por aquel entonces, el grupo suizo de alimentación obtuvo un beneficio neto atribuido de 4.703 millones de francos suizos (4.540 millones de euros) en los seis primeros meses del ejercicio, lo que supone un retroceso del 13,7 por ciento respecto a sus ganancias del primer semestre de 2010.
Sin embargo, la cifra de negocio de la compañía alcanzó los 41.004 millones de francos (39.588 millones de euros), un 12,9 por ciento menos, aunque en términos orgánicos sus ventas crecieron un 7,5 por ciento, impulsadas por el incremento del 3,8 por ciento de los precios entre abril y junio, frente al aumento del 1,5 por ciento aplicado en los tres primeros meses del año.
El consejero delegado de la multinacional suiza, Paul Bulcke, destacó entre los factores que han influido en los resultados de esta multinacional la fortaleza del franco suizo en los mercados finacieros, que hizo que sus cuentas se vieran lastradas. Y no es para menos, ya que en estos momentos de fuerte incertidumbre en los mercados, los inversores decidieron refugiarse en la divisa helvética, provocando la apreciación de esta moneda respecto al resto. De manera que cuando esta compañía nacionalizó los beneficios registrados por sus filiales en otros países, al convertirlos en francos suizos, éstos se vieron mermados al ser más reducido el valor de otras divisas frente a esta moneda.
Sin embargo la intervención del Banco Nacional Suizo (SNB) que amenazó incluso por eliminar el sistema de tipo de cambio flexible que tenía el franco desde 1973, fijando una paridad con la moneda única de 1,20 francos por euro consiguió frenar la apreciación de esta divisa y mejorar las perspectivas para las empresas suizas, lo cual ha incentivado que sus acciones remontaran y regresaran a los primeros puestos de la cartera.
La compañía suiza desde que se abriera la estrategia, el pasado 11 de marzo, acumula un crecimiento superior al 10 por ciento. La media de bancos de inversión le asigna una recomendación de mantener fijando su valoración en los 47,56 euros.