Si hay algo que demostraron ayer los principales mercados de renta variable a uno y otro lado del Atlántico, es que los bajistas siguen captando adeptos hacia su fortaleza de miedo y pesimismo.
Los motivos volvieron a ser los habituales: las dudas en torno a la solvencia de los países periféricos en Europa, y el temor constante y creciente a que EEUU no consiga elevar el techo de endeudamiento. Pero hubo nuevos aditivos.
Hoy se han filtrado las declaraciones que el ministro germano de Finanzas, Wolfgang Schäuble, había remitido en una nota fechada el 26 de julio a los miembros del parlamento alemán. En ella afirmaba que su Gobierno se muestra reacio a que el Fondo de Rescate pueda comprar bonos en el mercado secundario en cualquier contexto: "Incluso en el futuro, este tipo de compras sólo deberían tener lugar bajo condiciones muy estrictas y cuando el BCE considere que se dan circunstancias excepcionales en los mercados financieros y que existen amenazas para la estabilidad". Después llegó la rebaja del rating de Chipre hasta Baa1 (a dos escalones del 'bono basura') cortesía de Moody's, principalmente por la exposición del país a la banca griega. Por la tarde se completó con el recorte de S&P a la nota de Grecia, desde CCC hasta CC, a un escalón del default.
Italia sigue sufriendo
Con estos mimbres, las principales plazas europeas volvieron a facturar otra sesión en rojo en la que el Ftse/Mib italiano repitió como el índice más castigado al ceder un 2,81%. Al igual que en la sesión del martes, el indicador cayó lastrado por las pérdidas de las principales entidades transalpinas, Intesa Sanpaolo y Unicredit, con caídas del 5,13% y el 4,30% respectivamente. Tampoco ayudaron las dificultades que tuvo el Tesoro italiano para colocar deuda a diez años. Lo hizo a un interés del 4,07%, frente al 2,51% de la anterior subasta de estas características.
El financiero volvió a ser el sector más castigado de la sesión, en parte por esta desconfianza y en parte porque los resultados que se están publicando están siendo mediocres. Tal fue el caso de Santander en España. El grande de la banca española presentó un beneficio de 3.501 millones de euros en el primer semestre, frente a los 4.093 millones que preveía el consenso de mercado, y terminó la jornada con una caída del 3,18%. El Ibex 35 cerró la sesión como el segundo indicador más castigado, con un retroceso del 1,93%.
Wall Street también comenzó la jornada en negativo, azotado por el miedo a que sus autoridades políticas no consigan ponerse de acuerdo sobre su deuda. A media sesión, el Dow Jones caía cerca de un 1%, mientras que el Nasdaq se dejaba un 1,85%.
Otro temor que también fue en ascenso fue el de que EEUU pueda perder su triple AAA, la mayor calificación dada por las agencias de rating, algo que cada vez más expertos empiezan a descontar. "Estoy segura de que veremos la rebaja de al menos una agencia", declaraba a Bloomberg Kathleen Gaffney, cogestora del fondo Loomis Sayles, declaración que fue compartida por las gestoras BlackRock y Franklin Templeton.
Diferencias entre 'PIIGS'
La inquietud de las bolsas también se dejaron sentir en los indicadores de riesgo de los PIIGS (acrónimo con el que se define a Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España), aunque con diferencias entre ellos. Amén de la prima de riesgo de Grecia, que subió hasta los 1209 puntos básicos, los diferenciales de los bonos español e italiano con respecto al alemán se ensancharon, desde los 322 hasta los 332 puntos en el caso de España y desde los 288 hasta los 310 en el de Italia. En cambio, las primas de riesgo de Portugal e Irlanda se relajaron, lo mismo que sus seguros contra impago.
En este punto sí se ha de resaltar el comportamiento de los CDS de EEUU. Aunque su escudo contra el impago muestra que está entre los diez países más seguros del mundo, la debacle entre demócratas y republicanos también ha provocado que se resintiera. Así, los CDS de EEUU escalaron hasta los 58 puntos básicos, su mayor nivel desde febrero del año pasado.