El 'metal amarillo' marca una nueva cota histórica en los 1.614 dólares la onza aunque llegó a cotizar a 1.624. El oro sigue batiendo récords, y no precisamente ajeno a lo que está sucediendo a su alrededor, sino todo lo contrario.
Si en las últimas semanas los inversores se habían aferrado a este metal precioso para conjurar el fantasma de la crisis de la deuda soberana, una vez -aparentemente- solucionadas las necesidades de liquidez de Grecia, ahora EEUU se ha convertido en el principal foco de preocupación.
De esta forma, la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos para elevar el techo de la deuda del país -tienen hasta el 2 de agosto como fecha límite, y de lo contrario, el país incurriría en un impago-, ha llevado al oro a marcar un nuevo máximo histórico: los 1.614,5 dólares la onza. Durante el intradía, el activo refugio por excelencia había llegado a cotizar a 1.624 dólares la onza. "El oro se está alimentando de la incertidumbre de las negociaciones sobre la deuda", declaraba a Bloomberg Matthew Zeman, de Kingsview Financial. El metal "se encuentra en una situación en la que las negociaciones no pueden permitirse perder porque, sea el resultado que sea, el dólar va a sufrir", añadió.
Recordemos que al oro también se le denomina el antidólar, por la relación inversa entre las cotizaciones de ambos. Paradójicamente, el ascenso del metal ayer no fue acompañado por las caídas del billete verde.
