El Ibex 35, lastrado por el sector financiero, cae un 1,44% y marca mínimos anuales en los 9.347 puntos.
Otra prueba de fuego. Ayer la banca se enfrentó a los mercados por primera vez desde la publicación de los resultados de los test de estrés del pasado viernes. Y aunque las pruebas de resistencia dejaron buenas notas, el mercado europeo no dio señales de confianza y siguió castigando al sector. Las pérdidas continuaron persiguiendo a la banca, que cedió en el Stoxx 600 más de un 3 por ciento y se situó en niveles de abril de 2009. Las caídas menos pronunciadas de las entidades españolas (ver gráfico) permitieron al Ibex 35 retroceder menos que su competencia, aunque el descenso llevó al selectivo español a cerrar en mínimos del año tras ceder un 1,44 por ciento y situarse en los 9.347 puntos.
Ni siquiera el ejercicio de transparencia que suponen los test de estrés fue suficiente para animar a los inversores a comprar. Todos los principales índices del Viejo Continente cerraron en negativo, con descensos que incluso superaron el 3 por ciento en el caso del Ftse Mib italiano y el 2 por ciento en el francés Cac 40. Y es que este nuevo examen tampoco logró traer la calma a un sector muy penalizado en Europa por su exposición a la deuda soberana. "Los test de estrés han tratado de demostrar que el sistema financiero es solvente para dar tranquilidad al mercado, pero hay que tener en cuenta que estas pruebas no contemplan la deuda que tienen las entidades en cartera y qué pasaría si hubiera alguna quiebra de un estado de la zona euro", asegura Marc Batllé, consejero de Elcano Sicav.
Grecia, clave para la confianza
Ninguno de los grandes bancos europeos se retiró el viernes con un suspenso (ver gráfico) a cuestas en su solvencia -todos ellos superaron en las pruebas el 5 por ciento exigido-. Sin embargo, las tensiones que existen en la zona euro sobre el segundo rescate de Grecia y la posibilidad de que la crisis de deuda periférica siga tumbando otras fichas -como Italia o España- impidieron que los resultados se celebraran como cabía esperar.
"Los datos sobre la solvencia de los bancos son positivos, pero volverá la confianza cuando haya una solución para Grecia", apunta Fernando Hernández, analista de Inversis. Una idea con la que coincidieron todos los encuestados por elEconomista y que hizo que, pese a las buenas calificaciones, casi una decena de bancos -principalmente italianos- cerraran la jornada con retrocesos superiores al 6 por ciento. Es el caso de los transalpinos Banca Monte dei Paschi di Siena, Banco Popolare, Intesa SanPaolo y Unicredit; de los británicos Lloyds, Barclays y RBS y del Banco Comercial Portugués. Todos ellos pasaron las pruebas de solvencia, pero fueron los más penalizados. Pero no los únicos que vivieron una jornada de infarto a la espera de la reunión del Eurogrupo del próximo jueves, en la que se llegó a poner en entredicho la presencia de la canciller alemana, Angela Merkel, si no hay un plan claro sobre la actuación del sector privado en la crisis griega, el punto más conflictivo de la negociación. Otros como Société Générale y KBC Groep se dejaron más del 5 por ciento, a pesar de aprobar las pruebas.
España, una de cal y arena
En España, los test de estrés reflejaron la buena salud del sector bancario y la puesta a punto que han experimentado desde las últimas pruebas de resistencia. Entre los cotizados, sólo Banco Pastor suspendió al contar con un ratio de capital del 3,3 por ciento. Un balance que, desde IG Markets, consideran que puede ser "un premio a la transparencia por haber presentado al 95 por ciento de las entidades". Sin embargo, el mercado sigue sin dar tregua.
Paradójicamente, el suspendido fue el único de los cotizados que consiguió saldar la jornada en positivo, con avances del 0,17 por ciento. No corrieron igual suerte los restantes bancos españoles. Las caídas más pronunciadas fueron las de CaixaBank, que retrocedió casi un 5 por ciento a pesar de que el grupo cuenta con un ratio del 6,4 por ciento, y Popular, que cedió un 3,5 por ciento. BBVA y Santander -ambos lograron una de las mejores notas del continente (ver gráfico)- cayeron un 2,3 y un 1,8 por ciento respectivamente, mientras que Bankinter y Sabadell perdieron en torno al 1 por ciento.