Bolsa, mercados y cotizaciones

Rebote en la bolsa europea: pan para hoy y hambre para mañana

El rebote que protagonizaron ayer los mercados del Viejo Continente, con alzas que fueron desde el 0,51% del francés Cac al 1,79 del italiano Mibtel, no fue un espejismo. Fue algo real, pero otra cosa es que sea sostenido. Si bien las bolsas parecieron hacer oídos sordos ante la nueva rebaja de la nota crediticia de Irlanda por parte de Moody's hasta Ba1, bono basura, y se dejaron llevar por la cada vez más firme posibilidad de que la Fed norteamericana acabe activando un nuevo QE, el mercado de renta fija se mostró más vulnerable.

Las excepciones fueron España e Italia. Vieron cómo sus primas de riesgo se relajaban hasta los 307 y 280 puntos respectivamente (la de España cotizó en algún momento por debajo de los 300) y cómo la rentabilidad de su deuda a diez años caía hasta el 5,82 y 5,54%. Pero el resto de los diferenciales de los países de la periferia europea siguieron cotizando al alza. Así, el diferencial de Grecia -Fitch rebajó el rating con los mercados ya cerrados- escaló hasta los 1.423 puntos, el de Portugal, hasta los 981 y el de Irlanda, hasta los 1.125. Y eso a pesar de que la rentabilidad del bund alemán también experimentó un ascenso, aunque leve, al pasar del 2,71 al 2,74%. La razón, la de siempre, la falta de acuerdo entre los europolíticos con respecto al rescate o reestructuración de Grecia.

Alemania volvió a ser el país que más confundió al mercado ya que si bien a primera hora de la mañana su Ministerio de Finanzas defendía que el mecanismo de estabilidad financiera de la zona euro se utilizará para comprar bonos periféricos, a última hora el jefe del Bundesbank y consejero del BCE, Jens Weidmann, afirmó que ese fondo de rescate no ha de emplearse para comprar deuda griega. E incluso desde Berlín se negó que se hubiera convocado una cumbre extraordinaria el viernes para afrontar el problema griego. "No hay una propuesta concreta para tal cumbre extraordinaria, por lo que hablar de cuáles serán las propuestas o la postura que defenderá Alemania en ella es entrar en la especulación", afirmó la viceportavoz del Gobierno, Sabine Heimbach.

La falta de concreción es lo que siguen penalizando los inversores y lo que lleva a los analistas a defender que las alzas vistas ayer, que en el caso del Ibex fueron del 0,66% hasta los 9.666 puntos, son tan sólo una excepción en un mercado que sigue tendiendo a la sobreventa. "El rebote sólo será sostenible si los políticos reaccionan con medidas valientes y drásticas; si no, se quedará en nada", pronostica Víctor Alvargonzález, consejero delegado de Profim.

¿Se verán alzas sostenibles?

Félix González, de Capitalia Familiar, considera que las subidas de las bolsas sólo pueden ser sostenibles si se cumplen tres variables: que haya declaraciones claras y contundentes sobre la participación privada en el plan de rescate griego, que se apruebe un nuevo plan de austeridad italiano -ayer el Gobierno y los partidos de oposición alcanzaron un acuerdo para aprobar medidas para reducir su deuda-, y que no defrauden los resultados de los test de estrés a la banca que se conocerán el viernes.

Pero ¿qué explica entonces el rebote que experimentaron ayer los mercados del Viejo Continente? Principalmente, la falta de malas noticias en Europa, el buen dato de crecimiento en China -su PIB se incrementó un 9,6% en el primer semestre- y sobre todo las declaraciones de Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, aludiendo a la posibilidad de un nuevo programa de medidas cuantitativas, lo que impulsó primero a Wall Street, con alzas superiores al 1%, y contagió segundo a los mercados europeos. Un contagio que, sin embargo, sólo es a muy corto plazo.

"El nuevo plan de estímulos económicos no es suficiente para normalizar la situación de los mercados (menos aún el nuestro) y tampoco es suficiente como para pensar que los rebotes alcistas que previsiblemente surgirán sean consistentes", afirma Manuel Campos, de Serfiex.

En todo caso, el rebote de ayer de las bolsas no estuvo sólo. Le acompañaron el oro, que volvió a marcar un nuevo máximo histórico en los 1.587 dólares por onza, el euro, que superó los 1,41 dólares y el petróleo.

La causa que explica el repunte del crudo no es otra que el sorprendente dato de reservas semanales de petróleo que se conoció en EEUU. Bajaron en 3,12 millones de barriles frente a una estimación de 1,8 millones de barriles. Y esta fuerte caída se tradujo en un nuevo incremento del precio del crudo. Así, el barril de Brent repuntó un 1,06%, hasta 119 dólares.

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