
El rescate de Grecia acaparará este lunes, por enésima vez, el protagonismo del Eurogrupo: la reunión que cada mes celebran los ministros de Economía y Finanzas de los 17 países que comparten el euro como moneda única.
Europa negocia añadir aproximadamente 85.000 millones de euros y extender hasta 2014 el plan para evitar la quiebra de Atenas; plan cuya duración inicialmente prevista se limitaba al periodo 2010-2012, y cuya dotación actual asciende a préstamos por valor de 110.000 millones de euros.
El objetivo de la Comisión Europea ante la reunión de hoy es que los ministros de la zona euro hilvanen un acuerdo que aclare los contornos de la ampliación del rescate, y acabe con las incertidumbres de los mercados sobre si Grecia incurrirá en una bancarrota y detrás de ella irán Portugal, Irlanda e incluso España, Italia y Bélgica. Una vez alcanzado este acuerdo de principios, Bruselas propone que los detalles técnicos y otros flecos sigan atándose varias semanas más.
Nada claro
Pero ni siquiera eso está claro. "No espero elementos concluyentes este lunes", aseguraba el viernes uno de los negociadores. "Se seguirá trabajando, hay tiempo", añadió. "No se prevén avances extraordinarios, sino que nos pongamos en orden de combate para que todo vaya bien tras las vacaciones", abundaba otro.
Alemania y Francia, los dos países más influyentes en la toma de decisiones en la UE, ya han asegurado que no habrá decisiones hasta septiembre. Atenas no quebrará durante el verano, porque sus socios europeos y el Fondo Monetario Internacional (FMI) le prestarán en julio 12.000 millones de euros, que se sumarán a los 43.000 millones que le han prestado desde primavera de 2010, dentro del marco de los 110.000 millones de euros ofrecidos entre 2010 y 2012.
El principal escollo de la ampliación del rescate es la exigencia de alemanes, holandeses y finlandeses de que el sector privado -bancos, aseguradoras y fondos de inversión- participen en el esfuerzo del rescate. Son tres países gestionados por Gobiernos de coalición, cuyas zancadillas en política nacional lastran los acuerdos en la UE.
El papel de la banca
Para que el sector privado ofrezca un balón de oxígeno a Grecia, Alemania propone que los titulares de deuda pública helena que venza entre ahora y 2014 acepten canjearla por bonos que venzan siete años más tarde. Francia plantea que, a medida que venza la deuda actualmente en su poder, bancos, aseguradoras y fondos de inversión se embolsen el 30% del pago realizado por Atenas; reinviertan el 50% en nueva deuda griega con vencimiento a treinta años e intereses de entre el 5,5 y el 11%; y el restante 20% vaya a una hucha que se invertiría en deuda de máxima calidad para enjugar las posibles pérdidas de la operación.
La banca ha propuesto que la UE le recompre parte del papel griego en su poder aplicando un descuento. De modo que aceptaría encajar una merma aún por determinar en sus ingresos previstos, a cambio de garantizarse que no pierde hasta la camisa si se produce una quiebra desordenada de Grecia.
La tercera vía es la que ha sufrido un recibimiento menos entusiasta. La segunda sería escasa y muy cara para Grecia. La primera amenaza con provocar turbulencias en el mercado. Muchos pros y contras por analizar antes de decidir, quizás, en septiembre.