Barroso cuestiona la validez del recorte y asegura que sólo añade especulación. Como un jarro de agua fría. Así sentó a los máximos responsables comunitarios el último mazazo de Moody's sobre Portugal. El aluvión de críticas comenzó por el propio presidente de la Comisión Europea, el también luso Durao Barroso.
Éste cuestionó la validez del recorte frente a las evaluaciones efectuadas por los expertos de Bruselas y el FMI que cuantificaron las necesidades de financiación portuguesas para calcular el rescate. "Con el debido respeto a estas agencias de calificación, nuestras instituciones conocen a Portugal un poco mejor, nuestro análisis es más refinado". Barroso añadió "que las tres mayores agencias de rating sean de fuera de la UE provoca que tengan menor conocimiento de la realidad de lo que ocurre en Europa".
Según el presidente del Ejecutivo comunitario, la decisión de Moody´s "no aporta claridad, sino que añade otro elemento de especulación", porque el programa sobre el que se cifró la intervención se somete a revisiones trimestrales y, de momento, no se dispone de más datos. Barroso lamentó igualmente el "momento" en que la agencia adoptó la rebaja, en plena crisis griega y recién estrenado el nuevo Ejecutivo de Lisboa, aparte de las consecuencias que puede deparar. Al mismo tiempo, animó a las autoridades lusas a "seguir" con las reformas pactadas con la UE, el BCE y el FMI.
El comisario de Asuntos Económicos y Financieros, Olli Rehn, declaró que la agencia de calificación no incorporó en su valoración el compromiso de Lisboa de ejecutar "ajustes adicionales" a los negociados para compensar posibles desviaciones de los objetivos de déficit. Su portavoz se mostró todavía más crítico: además de lamentar que el "desafortunado episodio" se base en escenarios hipotéticos alejados completamente del plan de reformas, ironizó sobre la "supuesta clarividencia" de las agencias de rating al tomar este tipo de decisiones. "Debemos conceder al menos una oportunidad al país, en particular al nuevo Gobierno, que tiene la responsabilidad de aplicar el programa".
Piden regular las agencias
Tanto el portavoz de Rehn como el de Barroso -que recordó cómo las tres agencias erraron en su valoración sobre el riesgo que implicaba invertir en Lehman Brothers-, subrayaron la propuesta dirigida a regular el sector que prepara el comisario de Mercado Interior, Michel Barnier. Los dos recalcaron que la iniciativa determinará "qué medidas adicionales" se pueden adoptar para garantizar "mayor transparencia" en el funcionamiento de las agencias de rating. Principalmente, según subrayaron ambos, con el objetivo de "evitar posibles conflictos de intereses" en su actividad, dado que actúan en beneficio de "intereses privados".
En este viaje Bruselas no camina sola; dos de los pesos pesados de la eurozona, el presidente francés Nicolás Sarkozy y la canciller alemana Angela Merkel, quieren a toda costa reglamentar la actividad de estos agentes del sector financiero.
Desde Berlín, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, añadió más leña a las críticas dirigidas hacia las agencias al reiterar la urgencia de "limitar" su poder y hacer posible la competencia en el sector, dominado en la actualidad por un "oligopolio". El responsable de Finanzas germano ya había advertido la semana pasada que estas agencias "no están libres de conflictos de interés", mientras que Angela Merkel aseguraba tras conocer la noticia que confiaba más en las valoraciones de los expertos de Bruselas y el FMI que en los análisis de estos entes financieros.
La Eurocámara, por su parte, reclamó a los 27 que aprueben la creación de una agencia europea de calificación, así como un nuevo puesto de "ministro de Economía" de la zona euro.
Indignación en Portugal
En Portugal salieron a la palestra dos de los principales damnificados por la decisión de Moody´s, el nuevo primer ministro portugués, Passos Coelho, y el presidente de la República lusa, Cavaco Silva . El primero tachó el recorte de "puñetazo en el estómago", mientras que el segundo alegó que no existe "una mínima justificación" para la degradación de la nota de solvencia a las emisiones de deuda.