BEIRUT (Reuters) - El presidente de Líbano, Emile Lahoud, pidió el viernes al Ejército que se haga cargo de la seguridad del país, después de que la rivalidad política bloqueara la elección de su sucesor, pocas horas antes de que expire su mandato.
El presidente del Parlamento, Nabih Berri, líder de la oposición chií, convocó una nueva sesión parlamentaria para el 30 de noviembre.
En un comunicado leído en su nombre, Lahoud calificó de ilegítimo al Gobierno del primer ministro, el proocidental Fouad Siniora. La Constitución estipula que el gobierno debe asumir las tareas presidenciales hasta que se elija a un jefe de Estado.
"(El presidente) confía al Ejército la autoridad de mantener la seguridad en todo el territorio libanés y pone a todas las Fuerzas Armadas a su disposición con efecto el 24 de noviembre", agregó en el comunicado.
Este cargo está reservado por la Constitución a un cristiano maronita, de acuerdo con el sistema de reparto de poder, según el cual el presidente es un musulmán suní y el presidente del Parlamento un musulmán chií.
La disputa es entre la mayoría parlamentaria antisiria, dirigida por el hijo del asesinado ex primer ministro suní Rafik al Hariri, y la alianza de la oposición dirigida por el movimiento chií Hezbolá, apoyado por Siria e Irán. En ambos bandos hay partidos cristianos.
Estados Unidos y sus aliados en Líbano culpan a Siria del estancamiento. Hezbolá y sus socios cristianos dicen que el bloque mayoritario quiere mantenerles apartados de su derecho a compartir el poder y acusan a Washington de pretender controlar Líbano.