Portugal, España y Bélgica se cuelan también en el 'listado negro' al subir su diferencial en torno al 30% en el primero y al 27% en el resto de los casos.
La crisis de deuda periférica parece dispuesta a colarse en las maletas veraniegas de los inversores. A la espera de que esta semana Europa apruebe el plan de ajuste griego, los diferenciales de los llamados PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España) siguen sin dar un respiro al mercado. Italia, que representa el 12,3 por ciento del PIB de Europa, es la economía en la que más ha aumentado el riesgo país desde que la prima de riesgo volviera a dispararse a comienzos de este mes al repuntar su diferencial un 34%
Un negativo ránking en el que ocupan un lugar significativo Portugal y España (junto con Italia, el único bastión que se mantiene firme entre los PIIGS) al aumentar su prima de riesgo un 30 y un 27,6%.
El rompecabezas de la zona euro sigue sin resolverse. Tres son ya las economías intervenidas, pero la ineficacia de las intervenciones y el miedo a sucesivos contagios siguen estando presente. Y más cuando se está estudiando un nuevo rescate para Grecia que en opinión de algunos mandatarios europeos puede ocasionar consecuencias tan dramáticas como las de la quiebra de Lehman Brothers.
Ante este temor, los inversores están reaccionando y la complejidad de la situación se está palpando en los mercados de deuda, principalmente en el italiano. Su elevado endeudamiento público -supone casi el 120 por ciento del PIB- y la escasez de medidas destinadas a reducir su déficit fueron las razones en las que se apoyó hace unos días la agencia de calificación crediticia Moody's para advertir de un posible recorte de rating tanto de los bancos como de la deuda del país transalpino. Sólo desde el 3 de junio la prima de riesgo italiana se ha disparado desde los 157 a los 210 puntos básicos y la rentabilidad de los bonos a diez años se ha elevado del 4,62 al 4,99 por ciento.
El riesgo país también se ha percibido en la península ibérica. Así, el diferencial portugués acumula una subida de más del 30 por ciento desde el 6 de junio -fecha en la que éste reanudó las alzas- tras alcanzar sus bonos un rendimiento actual del 11,6 por ciento.
La situación no es mejor en España, la próxima pieza del dominó que los mercados creen que puede caer y que permanece erguida. La indefinición del problema de deuda griega y la falta de reformas contundentes que calmen a los mercados han aumentado la rentabilidad del bono español del 5,22 al 5,66% y han disparado un 27,6% la prima de riesgo, hasta los 277 puntos básicos. "Que nuestro bono cotizara por encima del 5,75 por ciento sería muy difícil de sostener para nuestra economía y abriría la posibilidad de que los especuladores comiencen a apostar contra ella", apunta Miguel Ángel Paz, analista de Unicorp.
¿Un nuevo 'PIIGS'?
La inestabilidad de un gobierno en funciones también está lastrando el mercado de deuda belga. Si a comienzos de junio su diferencial se situaba en los 99,6 puntos, ahora se encuentra en los 126,5 puntos básicos. Un repunte del 27% que colocaría a Bélgica como la cuarta economía que lleva asociado más riesgo país (ver gráfico). Por su parte, los diferenciales de Irlanda y Grecia se han disparado un 20 y un 6,4%.