Bolsa, mercados y cotizaciones

El máximo anual de la prima de riesgo provoca la mayor caída bursátil del año

  • Los diferenciales de Irlanda, Portugal e Italia marcan su nivel más alto desde la llegada del euro

Ante todo, que no cunda el pánico. La de hoy ha sido una sesión de infarto en la que los inversores se lanzaron a vender acciones, bonos de la periferia europea, euros, petróleo e incluso oro, que en este caso no sirvió de refugio.

Las caídas en las bolsas fueron generalizadas y abruptas a uno y otro lado del Atlántico, tanto que índices como el EuroStoxx 50, el Cac 40 o el Ibex 35 se dejaron más de un 2 por ciento. Pero todavía quedan clavos a los que, aunque estén ardiendo, puede aferrarse la renta variable. En Europa, la clave está en que el Dax 30 no pierda el soporte de los 7.000 puntos.

El principal indicador alemán resistió este nivel pese a la oleada de ventas que sufrieron todas las plazas europeas, incluida la alemana -el Dax cedió un 1,77 por ciento-. Sin embargo, el selectivo español no aguantó por encima de su nivel psicológico de los 10.000 puntos. El Ibex 35 registró las mayores pérdidas del continente, al dejarse un 2,77 por ciento, su mayor caída desde el pasado noviembre.

Esta presión vendedora no fue menor en el mercado de deuda, donde la prima de riesgo -medida por la diferencia entre la rentabilidad del bono español a 10 años y su homólogo alemán- se disparó hasta marcar un nuevo máximo anual, en los 276 puntos básicos. La plusmarca histórica se mantiene en los 283 puntos. Parte de esta subida se produjo ante el repunte del rendimiento exigido al bono español a una década, que se elevó hasta el 5,63 por ciento, lo que lo acercó peligrosamente al nivel más alto marcado desde que existe el euro, en el 5,65 por ciento.

El seguro con el que los inversores se protegen en caso de impago (CDS, por sus siglas en inglés) también se encareció -sube cuando hay compras- hasta los 270 puntos básicos, con lo que permanece como el octavo más caro del mundo.

El 'bund' alemán fue el refugio

En esta ocasión, el aumento del diferencial no sólo vino por un incremento en el rendimiento exigido a España. Y es que el dinero se canalizó ayer hacia el bund alemán, uno de los pocos activos en los que se refugiaron los inversores. Las compras llevaron a la rentabilidad del bono a 10 años -que cae cuando el precio sube- hasta el 2,86 por ciento, frente al 2,95 por ciento al que cerró el día anterior. Por tanto, esta caída acrecentó las diferencias con el resto de países de la periferia europea.

Sin embargo, la onza de oro no asumió este papel de refugio y llegó a perder un 2,4 por ciento de su valor, hasta tocar los 1.515 dólares intradía. Por su parte, el crudo tampoco se libró de las caídas. Tuvo un motivo de peso, ya que la AIE liberó 60 millones de barriles de crudo para compensar las presiones iniciadas desde los conflictos en Oriente Medio.

No hubo grandes novedades ni más detalles sobre una solución para la economía griega, pero el nerviosismo se acrecentó en general en los mercdaos a la espera de que finalice mañana la reunión del Consejo Europeo, que dio comienzo en el día de hoy. Las dudas que se sumaron después de que Alemania y Francia pusieran sobre la mesa la voluntariedad en la participación de las entidades privadas en la reestructuración de la deuda permanecen y las subidas de las últimas sesiones no tienen noticias, ya no positivas, es que ni siquiera noticias, a las que agarrarse.

La jornada también comenzó con la resaca de otra reunión. En este caso la del Comité de Mercados Abiertos de la Reserva Federal (FOMC, por su siglas en inglés). El principal mensaje que tuvo que digerir el mercado fue el que lanzó Ben Bernanke, el presidente de la institución, respecto a las previsiones de crecimiento de EEUU, en las que confirmó una nueva rebaja respecto a las anunciadas en abril. Así, el PIB del país norteamericano se elevará entre un 2,7-2,9 por ciento este año, frente a la estimación del 3,1-3,3 por ciento desde abril.

La apertura de los principales indicadores de Wall Street, que ya cerraron la sesión anterior en mínimos del día con las palabras de Bernanke, tampoco ayudó a que Europa remontara. El parqué neoyorquino despertó con caídas de más del 1,5 por ciento, que continuaron en la sesión en algunos índices.

Más récords en la periferia

Con las nuevas cifras que auguran una desacelaración de la economía estadounidense, los mercados no necesitaron más noticias desde las cimas europeas para deshacer posiciones. La propia incertidumbre ante lo que anuncie mañana el Consejo Europeo sirvió de excusa para que los inversores vendieran bonos de la perifiera europea.

No obstante, alguna buena nueva llegó. La Autoridad Bancaria Europea anunció que no se partirá de la hipótesis de impago de Grecia ni tampoco de una reducción del valor de los bonos de deuda en poder de los bancos para valorar los activos de las entidades. Pero pese a todo esto, la banca fue, una jornada más, la protagonista de los descensos en las bolsas europeas, incluida la española.

El mercado de deuda también tuvo sus ya conocidos protagonistas. Las ventas en el mercado secundario se centraron en la periferia y provocaron que la rentabilidad de estos activos se incrementara y, con ello, el diferencial respecto al rendimiento de la deuda alemana, la de referencia en Europa.

Así, países como Portugal, Irlanda e Italia vieron como las primas que les exige el mercado se situaron en nuevos máximos históricos. El diferencial portugués fue el que más se estiró, hasta los 855 puntos básicos -u 8,55 puntos porcentuales-. Por su parte, la prima de riesgo irlandesa superó los 892 puntos básicos, es decir, que se reclama casi un 9 por ciento más de interés al bono irlandés a una década que al alemán. El que también sufrió un importante repunte fue el italiano, que por primera vez se colocó por encima de los 200 puntos básicos.

Poco movimiento

El ataque de los bajistas en el parqué español en esta ocasión no fue masiva, es decir, que hubo poco volumen de negocio, al ser un día festivo en algunas regiones. Se negociaron 3.449 millones de euros y el volumen de algunos de los grandes del Ibex, Telefónica e Iberdrola, estuvo muy por debajo de su media de los últimos 20 días.

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