
Distensión mínima en el mercado de deuda. La rentabilidad del bono español a 10 años consigue alejarse de su máximo del 5,65% y retrocede ahora hasta el 5,61% y la prima de riesgo también experimenta caídas, hasta los 268 puntos básicos.
Tenía que pasar en algún momento. España había conseguido mantenerse en un segundo plano en el recrudecimiento de la crisis de la deuda periférica. Hasta ahora. Las nuevas tensiones entre Alemania y el BCE en cuanto a si deben participar en el nuevo plan de ayuda a Grecia (los germanos defienden el sí y el Banco Central, el no), han conseguido que los inversores vuelvan a meter a España en el saco de los países PIGS.
La reentré ha sido contundente. La rentabilidad del bono español, que sube cuando cae su precio, marcó ayer nuevos máximos. No sólo anuales sino desde el año 2000, al alcanzar el 5,65% mientras que la prima de riesgo con respecto al alemán marcó un nuevo máximo en el año hasta los 274 puntos básicos. Hoy, sin embargo la rentabilidad del bono se relaja hasta el 5,61% y la prima de riesgo, hasta 268 puntos.
Sin embargo, eso no quiere decir que no se vuelvan a ver nuevas ventas de bonos ya que todo apunta a que la decisión sobre el rescate se retrasará más allá de este fin de semana. Así al menos lo afirmó ayer el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, quien aseguró que se demorará al menos hasta julio.
La volatilidad del mercado está por tanto asegurada, y lo más previsible es que se traduzca no sólo en caídas de las bolsas sino sobre todo en nuevos repuntes de la rentabilidad de los bonos, a medida que sigan vendiendo deuda periférica y comprando alemana (de hecho, la rentabilidad del bund ha caído en junio desde el 3,10 por ciento al 2,91 por ciento).
Unos repuntes que en todo caso supondrán que tanto los de Portugal como Irlanda, y por supuesto Grecia, revalidaran ayer los máximos históricos que ya marcaron ayer y que hoy vuelven a perder. Por ejemplo, el rendimiento del bono griego cerró ayer en el 17,94 por ciento, el del portugués escaló hasta niveles del 10,87 por ciento y el del irlandés, hasta el 11,55 por ciento. Sus diferenciales con respecto al bund alemán también optaron por marcar nuevas plusmarcas.
Así, la diferencia entre la rentabilidad de la deuda germana a diez años y la griega superó los 1.500 puntos básicos, el diferencial entre el bono luso y alemán ascendió hasta los 795 puntos básicos y la prima de riesgo del bono irlandés alcanzó los 863 puntos básicos, después de que el Gobierno irlandés afirmase que estudia la posibilidad de que los tenedores de deuda sénior asuman parte de la deuda acumulada por dos bancos nacionales durante la crisis. También los seguros contra el riesgo de impago marcaron nuevos máximos históricos, salvo en el caso de España, al tiempo que los CDS de Portugal superaron a los de Irlanda.