Los analistas se preguntan por qué el título no es capaz
de subir los casi 100 euros más que creen que vale.
Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) es uno de los valores que se sitúan entre los de más peso dentro de la Cartera de Consenso que elabora elEconomista en las que colaboran más de 53 firmas de inversión, a partir de la que se nutre el Eco10, el índice de ideas de inversión de calidad del mercado español. De hecho, es la empresa de mediano tamaño de fuera del Ibex que pisa con más fuerza en la última revisión de la cartera. Aunque algunas casas de análisis apuntan a que tendría que dar más de sí en el parqué.
La cascada de datos muestran una compañía que en diez años ha visto revalorizarse su acción un 1.800 por ciento, tasa muy superior, como destaca Daniel Pingarrón, de IG Market, a iconos bursátiles como Apple y la firma guipuzcoana se encuentra entre los mejores valores europeos por su recorrido.
El grupo de componentes ferroviarios registró en 2010 unas ventas récord de 1.576 millones, con un resultado neto atribuido de 129,62 millones y una cartera de pedidos de 4.518 millones.
Tras estas variables económicas la cotización de CAF no es capaz de acercarse a las valoraciones de los 500 euros que le conceden los analistasb y permanece bastante por debajo del precio objetivo que le atribuyen las recomendaciones de las firmas de inversión. Esta semana su acción ronda el nivel de los 395 euros, cuando valor medio podría, según los analistas, elevarse incluso 100 euros más.
¿A qué se debe esta diferencia? A múltiples factores, entre los que no se escapan realidades como la reducida dimensión de la firma frente a otras grandes corporaciones; la baja liquidez del valor; así como el riesgo país que incorpora la bolsa española.
Poco dinamismo informativo
Una de las cuestiones que se achacan a CAF es su escasa política informativa, tanto hacia los colectivos de inversores, como hacia el público en general mediante los medios de comunicación. Esta falta de dinamismo informativo favorece la invisibilidad al valor para algunos colectivos.
Alberto Morillo, del grupo Consulnor, considera que el hecho de que una compañía que cotiza en bolsa "no tenga un departamento específico de relación con inversores, hace que cualquier agente económico asigne una prima de riesgo ligeramente mayor a esta compañía que a la de otros comparables que sí tengan un fluida comunicación". Pese a estas reflexiones, puntualiza Morillo, esta escasa estrategia de comunicación de CAF es casi ya una tradición en CAF que los analistas deben incluir en sus modelos antes de calcular los precios objetivos. Nicolás López de M&G Valores coincide en que CAF es una firma que tradicionalmente ha tenido poco interés informativo circunstancia que tal vez se debe a sus especificidades. "Nunca han tenido especial interés en venderse, tal vez porque no ha necesitado acudir al mercado para captar fondos", señala. En esta circunstancia pueden influir la estabilidad de su accionariado (el 58 por ciento está en manos de socios estables) y su elevada liquidez. López recuerda que esa elevada liquidez, que en un tiempo se criticó a CAF, ahora es una de sus fortalezas para inversiones y riesgos, frente a un panorama general de restricciones financieras.
Techo de cristal
Daniel Pingarron, de IG Market, constata como la acción CAF "lleva varios años con una evolución buenísima", aunque eso le haya servido para superar los 450 euros. A su juicio no puede disociarse esto de la dimensión misma de la compañía. Mientras Pingarron recuerda que CAF es bastante estable frente a las caídas de los mercados. Más claro lo tiene, Alberto Morillo, de Consulnor, destaca que CAF tiene atractivos industriales suficientes para merecer el calificativo de "atractiva idea de inversión".