
Cada segundo jueves de mes los mercados tienen la misma cita con Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE). Pero lo que esperan sacar de esa reunión suele variar en función del contexto económico y ahora también del mercado de divisas.
De hecho, en mayo el gobernador del BCE dejó entrever que una de las razones por las que primero mantenía los tipos de interés en el 1,25%, y segundo, no se plateaba una nueva subida en junio era la fortaleza del euro, que en la víspera escaló hasta los 1,494 dólares.
Pues bien, desde entonces la moneda única ha retrocedido un 2,4% en su cruce con el dólar (ayer mismo perdió un 0,46% frente al billete verde, hasta los 1,462 dólares). En este caso, por tanto, el euro quizá deje de ser una de las variables en las que se ampare Trichet para tomar una decisión sobre los tipos de interés.
Aun así, el mercado espera que tampoco esta vez se anuncie una nueva subida de tipos de interés. Y se ampara en la palabras que Trichet dijo en la última reunión del BCE para justificarlo. "Hay que analizarla muy de cerca", dijo en referencia a la inflación. Lo que implicaba que de momento no se planteaba un nuevo incremento del precio del dinero a corto plazo.
Dudas en el mercado
La gran duda que tiene ahora el mercado es cuál será la frase que utilice hoy cuando se le pregunte por la inflación. Si usa las palabras "fuerte vigilancia", lo raro será que la reunión de julio no acabe con un nuevo aumento, previsiblemente leve hasta el 1,50%. Si mantiene sólo que hay que "analizarla", habrá que esperar hasta agosto.
"Esperamos que el BCE mantenga los tipos de interés pero que use las palabras fuerte vigilancia para pre anunciar un aumento en el mes de julio", afirman desde RBS. Sin embargo, no descartan totalmente la posibilidad de que haya alguna sorpresa y de que el BCE opte por no esperar tanto para subir los tipos. Y la clave está en la inflación, cuya perspectiva ha elevado hasta el 2,7% para 2001.
La europea no es, sin embargo, la única institución monetaria que se reúne hoy. También lo hace el Banco de Inglaterra. Se espera que mantenga los tipos en el 0,5%.