PARÍS (Reuters) - Los franceses tuvieron dificultades para ir a trabajar el jueves, segundo día de la huelga de transportes convocada por los sindicatos por una reforma de las pensiones que está siendo considerada como la primera gran prueba a la que se enfrenta el presidente Nicolas Sarkozy.
Los sindicatos han anunciado una serie de huelgas en cadena, pero ni ellos ni el Gobierno quieren que el conflicto se alargue, por lo que las dos partes parecen haber alcanzado un compromiso sobre los métodos de negociación que podría ayudar a encontrar una salida al conflicto.
Se espera que los sindicatos decidan el jueves si siguen con el paro tras la carta de Bertrand.
En la región de París funcionaban uno de cada tres o cuatro metros, algunos trenes regionales no funcionaban en absoluto y había interrupciones en el servicio de autobús, tranvía y la red nacional ferroviaria SNCF.
Se espera que los empleados del sector energético que pararon el miércoles vuelvan al trabajo el jueves.
El presidente ha dicho que no se echará para atrás en los elementos claves de su propuesta, que formó parte de su programa electoral, pero también quiere dar la imagen de que está dispuesto a negociar.
/Por Wilna Willard/
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