Bolsa, mercados y cotizaciones

Peligro en Campofrío: un 20% de su capital quiere apearse

Una vez descartada su retirada de bolsa, el fondo Oaktree y Caja Burgos son accionistas con el cartel de venta puesto.

Lo habitual es que tras la tempestad llegue la calma. Pero no siempre. El pasado viernes, Campofrío anunciaba el fracaso de la opa de exclusión lanzada por la alimentaria estadounidense Smithfield. La reacción del mercado fue fulminante: el valor cedió más de un 17 por ciento, su mayor caída en un día desde su salida a bolsa, en 1989.

Una vez descartada la retirada de Campofrío de bolsa, ahora el peligro se concentra en otros dos accionistas que juntos suman el 20 por ciento de su capital. Por un lado está el fondo de capital riesgo Oaktree, que controla un 16,6 por ciento de sus acciones. "Lo normal es que este tipo de firmas venda sus participaciones a los 5 ó 6 años desde la entrada. Ese plazo se cumple en 2011-2012", explica Sabadell en un informe sobre la situación de la compañía, y añaden: "No se puede descartar que la venta desemboque en una opa (oferta pública de adquisición) si bien nos parece improbable".

Por otro lado está Caja Burgos, que controla un 4,2 por ciento de Campofrío. Esta entidad es uno de los integrantes de Banca Cívica que prevé salir a bolsa en la primera semana de julio. Para reunir las condiciones exigidas por el Banco de España del 8 por ciento de core capital a los nuevos bancos, no se puede descartar la venta de este activo como una de las primeras opciones para que la entidad pueda financiarse por la vía rápida. Especialmente si se considera que ya estaría vendido si se hubiera aprobado la opa sobre la alimentaria.

Para los analistas sale airosa

La abrupta caída ha devuelto al valor a los 7,6 euros, es decir, que está cotizando un 26,5 por ciento por debajo de lo que estima el consenso de mercado (ver apoyo). Otra consecuencia es que su PER (veces que se recoge el beneficio en el precio de la acción) se ha reducido en menos de una semana desde las 16,7 hasta las 13,8 veces, el más bajo de los últimos cinco años. Y no se han modificado las previsiones de beneficio del consenso de mercado, que sigue estimando que la alimentaria ganará este año 56 millones de euro, casi un 40 por ciento más que en 2010 (ver gráfico).

Pero sí ha habido manifestaciones aisladas. Ayer, la agencia de calificación crediticia Standard & Poor's puso la perspectiva de la compañía en "estable", mientras que Caja Madrid mejoró su recomendación de Campofrío desde retener hasta comprar, manteniendo su precio objetivo en 9,23 euros. Un día antes, Sabadell había cambiado la suya desde bajo revisión hasta comprar, aunque rebajando el precio objetivo hasta 9,2 euros frente a los 10,1 que proponía anteriormente. En cualquier caso, la recomendación de la media de bancos de inversión sigue siendo de comprar sus títulos.

Smithfield había explidado en el hecho relevante remitido el viernes a la CNMV que el motivo de su retirada era su propio mal comportamiento en bolsa, combinado con "las condiciones económicas adversas en Europa, que muestran pocos signos de reforma". Hay que añadir otro factor, que tras el anuncio de la opa de exclusión por el cien por cien de su capital, Campofrío presentó unos resultados trimestrales que decepcionaron al mercado: su beneficio operativo (ebitda), 30 millones de euros, cayó más del 11 por ciento respecto al que presentó el mismo periodo de 2010. Y su beneficio neto se redujo un 50 por ciento, hasta los 2 millones. En este batacazo habían influido la debilidad del consumo privado en España y las alzas continuadas en los precios de las materias primas.

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