Bolsa, mercados y cotizaciones

Foco de tensión en el empleo americano

Si hay un dato que preocupaba al mercado esta semana ése era el de la tasa de empleo estadounidense. Salió malo, muy malo, pero los mercados europeos lo sortearon gracias a las buenas nuevas que llegan sobre la crisis de la deuda periférica, que alejan la posibilidad de reestructuración helena, al menos por el momento.

Anémico, desastroso, flojo... Son sólo algunos de los adjetivos que se utilizaron ayer para describir el dato de tasa de empleo que se conoció ayer en EEUU. La referencia a la que han mirado todos los mercados esta semana para decidir si se teñían de verde o seguían vistiendo el rojo de las últimas semanas. El dato fue malo: se crearon 54.000 empleos en mayo, frente a los 165.000 que se esperaban. Con este dato la tasa de paro escaló hasta el 9,1 por ciento frente al 8,9 que pronosticaban los analistas.

En condiciones normales, la reacción del mercado hubiera sido una fuerte corrección, pero aunque todos los índices europeos marcaran sus mínimos intradía tras conocerse la tasa de empleo estadounidense, también todos consiguieron reponerse del mazazo y rebotar desde soportes antes de que cerraran la sesión. Y es que hay que tener en cuenta que ya habían descontado el dato el miércoles, cuando se conoció la cifra de creación de empleo privado ADP y todos los índices cedieron cerca del 2 por ciento; y que, además, ayer se apoyaron en un buen dato de actividad del sector servicios, para compensar el mal trago que provocó en principio la mala tasa de paro.

Las plazas del Viejo Continente aún tuvieron una razón más de peso más para olvidarse del empleo estadounidense, el gran problema de EEUU. El Gobierno griego recibió el visto bueno de la UE y del FMI a las nuevas medidas de austeridad y privatizaciones que pretenden reducir el déficit y desbloquear la llegada de nuevas ayudas.

Gracias a ello, el Ibex 35 consiguió incluso despedirse con rentabilidades positivas y no sólo ayer (cerró con un alza del 0,24 por ciento), sino también en el cómputo de la semana, cuando se ha revalorizado un 0,24 por ciento. También el mercado de renta fija española se ha beneficiado de las noticias que llegan en torno a la crisis de la deuda helena, sobre todo a medida que la posibilidad de la reestructuración pierde fuelle, al menos entre los políticos, y eso a pesar de que esta semana Moody's ha vuelto a bajar el rating a Grecia y también el de gran parte de su sector financiero. Con todo, la rentabilidad de la deuda pública española a diez años ha caído esta semana del 5,32 al 5,22 por ciento, mientras que el diferencial con respecto al bono alemán se ha reducido de los 233 a los 217 puntos básicos. El mismo optimismo se vio en el resto de los mercados de la Europa periférica. En todos, salvo en el portugués, más pendiente del resultado de sus próximas elecciones de este fin de semana que del futuro de sus vecinos griegos. De hecho, la rentabilidad de su bono a 10 años ha escalado del 9,58 al 9,81 por ciento.

¿Habrá un 'QE3'?

Sin embargo, el renovado optimismo sobre Europa no tuvo nada que ver con el clima de incertidumbre que se ha respirado en Wall Street. Los malos datos macroeconómicos han provocado un aluvión de análisis y la mayoría de ellos, con una conclusión en común: ¿realmente podrá mantenerse el crecimiento económico una vez que la Reserva Federal (Fed) ponga fin a su programa de medidas cuantitativas (QE2)? De momento, el mercado de renta fija parece descontar que en algún momento se extiendan las medidas adicionales, ya que la rentabilidad de los bonos a diez años de EEUU ha caído por debajo del 3 por ciento por primera vez desde diciembre.

También el dólar sigue dando síntomas de debilidad, cuando lo normal sería que se apreciara a medida que el QE2 llegue a su fin, el próximo 30 de junio. Todo lo contrario. El euro se ha apreciado esta semana un 1,39 por ciento, hasta superar los 1,46 dólares por euro, enlazando así su tercera semana al alza. Sin embargo, en esta ocasión la debilidad del billete verde no se ha dejado sentir en la cotización de las materias primas. Y eso que históricamente les beneficia.

El precio del barril de petróleo Brent, referencia de Europa, se mantuvo sin cambios en el entorno de los 115 dólares y el precio de la onza de oro, activo refugio por excelencia, se ha mantenido plano en los 1.536 dólares por onza. Pero no todas las commodities han vivido una semana tranquila. Las ligadas a la agricultura han experimentado una fuerte corrección después de que el primer ministro ruso, Valdimir Putin, decidiera levantar la prohibición de exportación de maíz de su país a partir del próximo 1 de julio (ver página 14).

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky