SANTIAGO (Reuters) - El estallido de una seria disputa entre Uruguay y Argentina sacudió el viernes a la cumbre de mandatarios iberoamericanos en Chile, que fue testigo de una histriónica llegada del mandatario venezolano, Hugo Chávez.
Pasado el mediodía, los presidentes y jefes de Gobierno de 19 países del grupo de América Latina, España, Portugal y Andorra, incluyendo al vicepresidente cubano, se sacaron la foto oficial del encuentro en la cima del cerro San Cristóbal, en el centro de la capital chilena, tras lo cual cada uno plantó un árbol.
Aunque las esperanzas estaban puestas en un acercamiento entre el mandatario argentino, Néstor Kirchner, y su homólogo uruguayo, Tabaré Vázquez, en un conflicto por una planta de celulosa en la margen uruguaya de un río binacional, todo se fue al suelo.
La decisión de Uruguay causó la ira de Buenos Aires y el propio presidente argentino pidió disculpas por haber llevado el conflicto a la cumbre y por el fracaso en la mediación del rey Juan Carlos, que intentó acercar a las partes.
Chávez, se hizo con la atención de las cámaras cuando cantó una ranchera a su llegada a Santiago el viernes, precedida por la especulación, debido al clima de tensión social en Venezuela.
"Ahora que el petróleo está a 100 dólares y la gasolina puede llegar a 120 y eso va a seguir subiendo", dijo el mandatario y agregó que el tema será discutido en una reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) durante la próxima semana.
Bachelet y el presidente de Perú, Alan García, conversaron poco y a la ligera sobre la controversia que tienen ambos países por sus límites marítimos, durante la primera bilateral entre mandatarios y que precedió el viernes al inicio de la sesión plenaria de la cumbre.
Además, Chávez y el presidente colombiano, Álvaro Uribe se reunieron para hablar sobre el avance en la mediación con las FARC y examinaron "opciones" para un posible acuerdo.