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Los caminos más rentables para transformar un bono en una acción

Los fondos son el mejor vehículo para invertir en bonos convertibles ya que se consigue una mayor liquidez y se traspasa al gestor la difícil tarea de discernir entre los que valen o no la pena.

Una caja de zapatos agujereada, un poco de morera y gusanos de seda. Esta combinación ha sido desde hace años la perfecta para explicar a un niño en qué consiste el proceso de metamorfosis. Y también puede ser una buena metáfora para entender en qué consisten los bonos convertibles, uno de los vehículos que utilizan las compañías para captar financiación entre los inversores.

Este tipo de bonos siempre se ha definido como un híbrido entre la renta fija y la renta variable. En su primera fase el producto en cuestión es un bono que, como cualquiera, ofrece al inversor un cupón fijo hasta el vencimiento del mismo (cuyo periodo suele estar normalmente entre tres y cuatro años). Llegada esa fecha o antes, según conste en el folleto de la emisión, el inversor tiene la opción u obligación -también depende del folleto- de convertir ese bono en acciones de la compañía a un precio previamente determinado. Es decir, el inversor ve cómo su bono se convierte en acción.

La duda es: ¿esa conversión merece siempre la pena o a veces es mejor quedarse con el gusano de seda y no con una mariposa que puede salir volando en cualquier momento? La clave está en el precio de conversión y en la evolución que tengan en bolsa las acciones de la compañía de la que el inversor tiene bonos convertibles. Si éstas suben y superan el precio de conversión previamente fijado, el inversor gana, ya que obtendrá esos títulos a un precio inferior al de mercado. Si por el contrario caen, el inversor podrá optar por no acudir a la conversión y quedarse con el bono.

Según explican los expertos, los bonos convertibles disfrutan ahora de un buen contexto de mercado para conseguir rentabilidad. "La reducida sensibilidad de los bonos convertibles ante el aumento de los costes de financiación y la baja correlación con la renta fija deberían elevar el valor de este tipo de activos. Asimismo, las subidas de tipos de interés abaratan la financiación para las empresas que utilizan bonos convertibles ya que pagan menores cupones que los bonos normales", afirman en Schroders.

Además, no está de más recordar que las perspectivas para el mercado de renta variable siguen siendo positivas a largo plazo, incluso a pesar de las correcciones que se están viendo en los mercados al calor de las incertidumbres que siguen llegando de la Europa periférica. Por lo que lo lógico sería que fuesen más las compañías que disfrutaran de una apreciación de sus acciones que las que se enfrentaran a una caída de precio de las mismas. "Mientras que las expectativas para la renta variable sean positivas y el crédito no esté caro, lo normal es que los bonos convertibles tengan un buen comportamiento", afirma Ricardo Sánchez Seco, de Gestiohna. Pero como en todo tipo de inversiones, en la selección vuelve a estar la clave del éxito.

La vía más sencilla para invertir

Y por ello, una de las mejores opciones para invertir en este tipo de productos es a través de fondos. Y no sólo porque de esta manera el inversor delega en un experto de mercado la selección de los activos, sino también porque se minimiza la poca liquidez que suelen tener los bonos convertibles. "Tienen una liquidez menor que otras emisiones de renta fija y variable lo que los hace más sensibles a cualquier capítulo de crisis de liquidez", afirma Sánchez Seco.

En el mercado español se comercializan más de 200 fondos de este tipo. De ellos, 113 tienen al menos cinco años de inversión y 103 de ellos, el 91 por ciento, ha obtenido rentabilidades positivas anualizadas en los últimos cinco años. Unos datos que demuestran que la inversión en bonos convertibles puede ser rentable pese a la crisis bursátil de 2009 y la crisis de la renta fija a la que aún hoy se enfrenta el inversor. De media en los últimos cinco años se anotan un 2,60 por ciento y este año, un 1,28 por ciento.

De entre los fondos que cuentan con una calificación de cinco estrellas por parte de Morningstar, Parvest Convertible Bond Asia es el que más rentabilidad anualizada ha dado a sus partícipes en los últimos cinco años: un 7,10 por ciento. Este producto, además, tiene una comisión de gestión de tan sólo el 0,60 por ciento sobre el patrimonio y es accesible a todo tipo de inversores ya que requiere una inversión mínima de tan sólo una participación. Gestionado por BNP Paribas, este producto concentra su inversión en emisiones realizadas por compañías asiáticas. Un mercado que también defienden desde Schroders: "Los bonos convertibles asiáticos se caracterizan por un marcado sesgo de crecimiento y un elevado peso en los activos reales como materias primas, agricultura, inmuebles...por ello son un tipo de activo atractivo y una excelente forma de obtener una exposición al crecimiento asiático a largo plazo por los bajos niveles de volatilidad, las atractivas valoraciones y los niveles de deuda relativamente bajos".

Según explican desde BNP, este fondo tenía, a cierre del mes de abril, el 90,37 por ciento de sus activos invertido en bonos convertibles y el 9 por ciento restante en liquidez. Aunque las emisiones de las compañías indias son las que concentran la mayor parte de su inversión, un 30 por ciento, es en tres compañías chinas donde tiene sus principales posiciones: Hengdeli, Intime Dept y Champion Reit.

Un universo de inversión más global es el que contempla Saint Honore Convertibles. Este producto, gestionado también por una firma francesa, Edmond de Rothschild, cuenta con las cinco estrellas de Morningstar y ha obtenido en los últimos cinco años una rentabilidad anualizada del 4,19 por ciento. Además, en 2011 también consigue una rentabilidad positiva del 3,95 por ciento. En la actualidad las principales posiciones del fondos se encuentran en compañías galas y germanas como Alcatel, Cap Gemini y KFW. Sin embargo, según explican los gestores en su último informe, entre sus últimas compras figuran los bonos emitidos por Delh y Fortis, mientras que han vendido los títulos de Seadril.

También con rentabilidades positivas cotiza el fondo LO Funds Convertible Bond. Gana un 2,44 por ciento en 2011 y un 3,81 por ciento anual en los últimos cinco años. Al igual que el fondo de Edmond de Rothchild este producto también tiene un carácter global y en la actualidad sus principales posiciones se encuentran en compañías como Shire Cv, Intl Power y Kreditanst Fur Wie Cv y los mercados de Europa y EEUU son los que concentran más del 50 por ciento de sus posiciones. La divisa en la que se denomina es el euro por lo que no asume riesgo por esta vía. Además de su rentabilidad, también tiene a su favor que soporta una comisión de gestión baja, del 0,55 por ciento.

Tanto el fondo de Lombard Odier como los otros dos productos más rentables a medio plazo pueden contratarse a través de supermercados de fondos como Inversis, Tressis o Self Bank, además de en aquellos bancos españoles con los que estas gestoras extranjeras tengan acuerdos de distribución. Para encontrar un fondo made in Spain de bonos convertibles, hay que acudir a Santander RF Convertibles. Con una rentabilidad a cinco años del 2,10 por ciento anualizada y un 0,8 por ciento de rebote en 2011, este producto, que tiene una calificación de tres estrellas por parte de Morningstar, se convierte en el español más rentable a medio plazo. En la actualidad este fondo tiene emisiones de cuatro empresas españolas entre sus posiciones: FCC, OHL, Caixa de Estalvis y Sol Meliá, con cupones que van desde 3,50 al 7,38 por ciento. No obstante, este fondo tiene un gran pero: su comisión de gestión es muy superior a la que soporta el resto de fondos: un 1,85 por ciento sobre el patrimonio.

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