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¿Un Wall Street en el desierto? Dubai halla en el Nasdaq su socio perfecto para desembarcar en Oriente Medio

La temporada del Ramadán normalmente es bastante tranquila en todo Oriente Medio. Los negocios cierran sus puertas temprano, el comercio ralentiza su actividad y el ayuno no deja mucha energía a la gente para sus ocuparse de sus negocios. ¿Cómo explicar entonces el frenético programa de viajes de Soud Ba'alawy, presidente ejecutivo de Dubai Group?

Desde que terminó el Ramadán el 12 de octubre, ha estado en Nueva York, Londres, Milán y Estocolmo, y se ha saltado los tradicionales Iftars, momento del día en que se rompe el ayuno del Ramadán en Dubai.

¿Cuál es la razón? Ba'alawy es una de las piezas clave en los esfuerzos que está llevando a cabo Dubai para convertirse en un centro financiero de importancia mundial. Como presidente ejecutivo de Dubai Group -el gran brazo inversor de Mohammed bin Rashid al Maktoum, actual dirigente de Emiratos Árabes Unidos-, Ba'alawy fue fundamental en los complicados acuerdos, en los que estaban en juego 6.500 millones de dólares, entre la Borse Dubai, Nasdaq, el gestor bursátil sueco OMX Group y la London Stock Exchange (LSE). Las distintas operaciones permitieron a Nasdaq asumir el control del grupo sueco, a Borse Dubai participar en un 20 por ciento en Nasdaq y al gestor de bolsa norteamericano poseer un tercio de una filial de Borse Dubai. El pasado 26 de septiembre el acuerdo se cimentó aún más al conocerse que el 47 por ciento de los inversores de OMX mostraban su apoyo al proyecto. En otra operación relacionada, Borse Dubai se hará con el control del 28 por ciento de participación que Nasdaq posee en la LSE.

Nasdaq desembarca en el Golfo

De un plumazo, Nasdaq consiguió poner un pie en una región en pleno auge como es la del Golfo Pérsico y un socio que puede ayudarle todavía a influir en la bolsa de Londres. OMX, que gestiona distintas bolsas europeas y que ha desarrollado un software empleado por 60 bolsas de todo el mundo, ha logrado una mayor potencia de fuego en sus esfuerzos por vender dicha tecnología. Al mismo tiempo, Dubai encontró un poderoso aliado para reforzar su propósito de llegar a ser el centro monetario de la región.

Esta operación subraya las ambiciones del Emirato de Dubai y su dirigente al Maktoum. Con unos modestos recursos petroleros, el jeque ha fomentado unas industrias no energéticas, como la marítima y la de alta tecnología. Y utilizando ambas su propio dinero y los crecientes montones de deuda, ha construido una multimillonaria cartera de inversión que engloba hoteles de lujo como el New York's Essex House y el London's Carlton Tower; enormes holdings estatales; grandes participaciones en bancos internacionales, como el HBSC; además de entrar en la matriz de Airbus, EADS. Ahora ve la oportunidad de crear un centro bancario y comercial, con la esperanza de sacar provecho de los billones de euros que han llegado al Golfo en los últimos años. "Si desarrollamos un mercado financiero fuerte, la región cambiará", dice Ba'alawy.

Crear un fuerte mercado financiero

Para hacer que suceda esto, el jeque Mohammed ha reunido un equipo de los mejores talentos financieros. Ba'alawy, de 46 años, pasó una década en Citigroup ascendiendo en la escala de gestión de riesgo hasta que finalmente alcanzó el puesto de tesorero para las operaciones del banco en la región del Golfo. Ahora, Ba'alawy tiene a 130 personas en cinco países distintos explorando las posibilidades de inversión en todo el mundo. Su presidente ejecutivo en Dubai Group, Thomas S. Volpe, es el antiguo cabeza del banco de inversiones de San Francisco Hambrecht & Quist Inc. "La principal preocupación del jeque Mohammed es conseguir que esta ciudad compita rápidamente con Nueva York", explica Mohammed Ali Alabbar, jefe de desarrollo de Emaar Properties y consejero próximo de al Maktoum.

Tiene todo el apoyo

El jeque no está solo entre los dirigentes del Golfo en reconocer el potencial que tienen los mercados financieros.

A unos 400 kilómetros al oeste, en Doha, Qatar, el jeque Hamad bin Khalifa Al-Thani ha adoptado una estrategia similar, presupuestando 40.000 millones de dólares que deberían reducir la dependencia del emirato de los recursos petrolíferos y del gas. Metiendo el dedo en el ojo a Dubai, Qatar, en 2005, contrató como máximo gestor financiero a Phillip Thorpe, que había sido despedido de un puesto similar en Dubai, tras un escándalo que implicó incluso a los funcionarios locales.

A los cataríes les interesaba participar en la posición de Nasdaq en la LSE y, según fuentes bien informadas, se mostraron furiosos al conocer el trato de Borse Dubai y Nasdaq. Respondieron rápidamente, adquiriendo el 20 por ciento de la LSE y el 10 por ciento de la sueca OMX. Los responsables de Qatar declinaron hacer comentarios, pero su propuesta por OMX obligó a Borse Dubai a elevar su oferta en unos 700 millones de dólares.

El mandato del jeque

Sin embargo, Dubai sigue teniendo la ventaja. Casi todos los bancos importantes del mundo han abierto sucursales en el pulido complejo de edificios llamado Dubai International Financial Center o en sus alrededores, en un intento por trabajar en el terreno de las fusiones, adquisiciones y finanzas del mundo islámico y prestar dinero para proyectos que van desde refinerías de petróleo hasta hoteles de lujo. Por contraste, la industria financiera de Qatar está centrada fundamentalmente en el mercado local, aunque es probable que reciba un espaldarazo de la creciente cooperación con la LSE. "Creo que somos el único banco de inversión de Doha", bromea Kapil Chadda, máximo responsable de la banca de inversión de HSBC en Qatar.

Los hombres clave

Una parte esencial del avance realizado por Dubai es atribuible a la actividad de Ba'alawy y Essa Kazim, un profesional de 44 años con un máster en Economía por la Universidad de Iowa.

En agosto, el jeque fusionó la exitosa bolsa local con la Dubai International Financial Exchange (DIFX), la fracasada bolsa con regulaciones de estilo británico abierta hace tan sólo dos años dirigida a los inversores internacionales. Al Maktoum nombró a Kazim y Ba'alawy presidente y vicepresidente, respectivamente, de la nueva empresa, Borse Dubai, con el mandato de suscribir tratos que reforzaran el perfil del emirato en el ámbito de las finanzas globales.

Ba'alawy es el estratega y diplomático. Trabaja estrechamente con Mohamed al Gergawi, el brazo derecho del jeque, y tiene buena relación con agentes externos como la máxima responsable de la LSE, Clara Furse. Kazim, por otra parte, se ha ganado el respeto de todos por su trabajo en la conversión de la bolsa local en una gran fuente de ingresos.

Ba'alawy y Kazim vieron enseguida la oportunidad de adquirir OMX, de manera que durante la primavera pasada ofrecieron comprar el 30 por ciento de la empresa sueca pero fueron rechazados. Cuando, el 25 de mayo, Nasdaq anunció una oferta de compra de OMX por 3.700 millones de dólares, Borse Dubai contraatacó con su propia oferta de 4.000 millones.

Con ayuda de JPMorgan Chase y HSBC
(que ofrece casi toda la financiación necesaria para la operación), los dos equipos iniciaron una serie de reuniones en Londres y Nueva York.

El consejero delegado de Nasdaq, Bob Greifeld -que será el nuevo vicepresidente de la DIFX- dice que le convenció el planteamiento "organizado y metódico" de los ejecutivos de Dubai. Decidió que no es necesario que ambos grupos sean adversarios. Nasdaq consideraba OMX una forma de expandirse en el norte de Europa, mientras que Dubai quería la tecnología de OMX para usarla en los mercados emergentes, especialmente en la zona del Golfo. "Íbamos detrás de OMX", afirma Kazim, "y terminamos con una marca mejor".

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