
Si algún inversor aún tiene dudas de lo que significa un rebote en el lenguaje financiero, en el comportamiento que experimentó el petróleo tiene la respuesta. Después de que la semana pasada el barril Brent, referente en Europa, experimentara una caída del 10 por ciento, la mayor en una sola semana desde diciembre de 2008, hoy volvió a reencontrarse con los números negros. Rebotó un 4,23 por ciento y recuperó así los 113 dólares por barril.
"Los fundamentales siguen siendo fuertes y seguimos viendo (la corrección) como una oportunidad de compra", afirman en Barclays. Coincide en este diagnóstico Goldman Sachs. "La fuerte caída de la semana pasada crea una oportunidad para ver un mayor potencial, fundamentalmente en la segunda mitad del año, cuando se espera que se ajusten los fundamentales", afirma Jeffrey Currie, jefe de materias primas de Goldman, a Bloomberg.
De momento, el barril Brent consiguió poner fin a cinco sesiones consecutivas de caída. Lo mismo hizo el barril de West Texas, la referencia norteamericana. Subió un 3,90 por ciento y logró así recuperar el nivel de los 100 dólares.
Pero el crudo no fue la única materia prima con la que se reconciliaron los inversores. La plata, que la semana pasada cayó un 30 por ciento, el mayor retroceso semanal desde el año 1979, también se apuntó al efecto rebote. Concretamente, se anotó una rentabilidad del 5,02 por ciento hasta los 37,42 dólares por onza. También el oro recuperó su condición de activo refugio que parecía haber perdido la semana pasada, cuando cedió más de un 4 por ciento. Rebotó un 0,75 por ciento y logró así recuperar la cota psicológica de los 1.500 dólares por onza. Y parece que esta recuperación del metal precioso no se quedará en algo puramente anecdótico. "Creemos que los inversores acudirán cada vez más al oro para cubrirse del riesgo sistémico financiero, del alza de la inflación y del resurgimiento de las presiones políticas en la zona de Oriente Medio y norte de África", afirman en Morgan Stanley.