MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
El antiguo director de Supervisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y primer inspector en Gescartera, David Vives, afirmó hoy, en su declaración como testigo en el juicio oral, que se encontró con "serias dificultades internas" procedentes de la "asesoría jurídica" del organismo regulador para avanzar con la investigación sobre la agencia de valores iniciada en 1998 y que detectó un posible desfase patrimonial de 27 millones de euros.
"Nos impedían hacer requerimientos y concretar reuniones con Gescartera", afirmó. Vives explicó que estos obstáculos le llevaron a pedir su sustitución por la falta de "libertad" que tenía para llegar "al fondo" de la investigación. Una sustitución que hizo efectiva el entonces presidente del organismo, Juan Fernández Armesto. La investigación continuó en manos del último supervisor de la agencia de valores, Antonio Botella.
El departamento legal de la CNMV estaba dirigido por el entonces secretario del Consejo, Antonio Alonso Ureba, quien en "alguna ocasión" envió documentación sobre Gescartera a los inspectores, explico Vives.
El hermano de Alonso, Alberto Alonso Ureba, era socio del abogado Francisco José Bauzá, asesor jurídico externo de Gescartera y del Middland Bank, entidad que estaba gestionando la constitución de una Sociedad de Inversión de Capital Variable (Sicav) de Gescartera en Luxemburgo y para la que trabajó el testigo.
SERIOS INDICIOS DE DESFASE PATRIMONIAL.
Vives afirmó que su investigación concluyó con "serios indicios" de la existencia de desfase patrimonial, lo que le llevó a plantear la intervención de Gescartera ante el consejo de la CNMV porque era la"mejor manera de investigar".
Las irregularidades detectadas quedaron reflejadas en el informe de título 'Borrador sujeto a cambios', donde se detectó un posible desfase patrimonial de 27 millones de euros.
Este informe motivó una reunión extraordinaria del Consejo de la CNMV que se celebró el 16 de abril de 1999 y donde los miembros del consejo "decidieron no intervenir" al no existir "certezas", apuntó.
En el acta de la reunión no consta que se discutiera sobre la intervención. Vives declaró durante la fase de instrucción que tuvo el apoyo de Armesto y del consejero José Manuel Barberán, mientras que el vicepresidente Luis Ramallo y los entonces consejeros Pilar Valiente y José María Roldán se opusieron a la intervención.
"Apostaría dinero a que sí existía desfase", afirmó a preguntas de la defensa de Antonio Camacho. La conclusión del Consejo de la CNMV fue la de extremar la vigilancia sobre Gescartera, pero el testigo no pudo precisar si se adoptaron medidas cautelares porque se "ausentó de la reunión".
El "único" consejero del organismo regulador que se interesaba por la inspección de Gescartera era el entonces vicepresidente, Luis Ramallo, explicó.
El testigo insistió a preguntas del fiscal, Vicente González Mota, que "no recordaba" los detalles de la inspección que dirigió durante 1998 y 1999. Vives sólo mencionó la circularización realizada a varios clientes, la petición de documentación que se hizo aBankinter, las discrepancias detectadas en la cuenta del Arzobispado de Valladolid que tenía saldos "muy inferiores" a la retirada de fondos y la "sospecha" detectada por una posible irregularidad en el sistema de asignación de pérdidas a los clientes.
Vives relató a preguntas de las defensas su tensa relación con Antonio Camacho y con su "número dos", José María Ruiz de la Serna, por su falta de colaboración en la inspección. "Le dije a Camacho queacabaría en Soto del Real", afirmó.
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