Ni siquiera la incertidumbre sobre cómo el mercado podría acoger las palabras de Ben Bernanke ha intimidado a los inversores.
El Ibex 35 sumó ayer su séptima jornada consecutiva en positivo al subir un 0,1% y situarse en los 10.878 puntos. Se trata de la mejor racha del selectivo desde finales de febrero de 2010, cuando también logró sumar siete sesiones seguidas de ganancias. La subida de ayer deja a la bolsa española un positivo balance semanal del 2,78% y del 2,86% en el mes.
Los últimos avances del indicador llevaron a las cotizaciones de Inditex, Mapfre y OHL a máximos anuales y a otros cuatro valores -Grifols, Abertis, REE y Endesa- a quedarse a las puertas de conseguir marcar sus precios más altos en 2011. Y es que la buena marcha del parqué español anima a los expertos a seguir invitando a los inversores a estar en bolsa a pesar de que uno de los aforismos bursátiles más importantes apunta a que mayo es un mes propio de ventas. Los datos así lo corroboran. El Ftse Mib italiano y el español Ibex 35 son los mercados más alcistas de Europa en lo que va de año al acumular una subida en ambos casos de más del 10%. Un dato que muestra la confianza que tienen los inversores en estas economías a pesar de ser unas de las más damnificadas cuando rebrota la crisis de deuda periférica. No hay que remontarse mucho atrás para percibir que el problema de los famosos PIIGS -Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España- no se ha solucionado por completo. En el último mes el temor a que se pudiera bloquear o retrasar el rescate de Portugal por el avance que protagonizaron los ultraconservadores en las últimas elecciones de Finlandia y la posible reestructuración de la deuda griega volvió a disparar los seguros contra el riesgo de impago (CDS) y los diferenciales de deuda de estos países. Sin embargo, son precisamente el mercado trasalpino y el español los que menos han visto disparados sus spreads de deuda en el último mes. Así el diferencial del bono italiano con respecto al alemán se elevó desde los 147 a los 149 puntos básicos, mientras que el spread de deuda española aumentó en el mes en 11 puntos básicos (desde los 194 a los 205 puntos básicos). Peor saldo reflejaron el resto de los países con problemas de solvencia.
La prima de riesgo irlandesa, portuguesa y griega reflejaron los temores de que esos rumores puedan ser ciertos. Así, el diferencial de los bonos irlandeses a 10 años con los germanos escaló desde los 687 puntos básicos, a los que se encontraba a comienzos de mes, hasta los 733 actuales. Sin embargo, el mercado de deuda fue realmente temeroso en el caso de Portugal y Grecia. El interés adicional que se exige a los bonos portugueses frente a los alemanes aumentó en 135 puntos básicos (desde los 505 a los 640 puntos básicos), mientras que en los helenos se disparó desde los 948 a los 1.242 puntos básicos. Además, el bono griego a dos años superó el 25 por ciento de interés.
Continúan los máximos en EEUU
Wall Street ha tenido una semana de gran expectación. Los mercados estaban pendientes de lo que la Fed pudiera decir pero el mensaje de Ben Bernanke asegurando que las ayudas continuarán para dar más tiempo a la economía y que recorta las previsiones de crecimiento de EEUU ha pasado con más gloria que pena en esta ocasión. El S&P 500 continuaba ayer su tendencia alcista y volvía a moverse en máximos al oscilar por encima de los 1.360 puntos. Un repunte que en el último mes ha venido principalmente de la mano del buen comportamiento de las compañías asociadas a sanidad, consumo cíclico y a la industria (ver gráfico) y que en el caso del Stoxx 600 europeo, que avanzó un 1,7% en el mes, se debe sobre todo al consumo cíclico y no cíclico y a las materias primas (ver gráfico).
A la buena marcha de la renta variable también se le une las alzas que acumularon el petróleo y el oro. El precio del barril Brent -de referencia en el Viejo Continente- alcanzó ayer los 125,7 dólares, un 7% superior a lo que lo compraban los inversores a finales del mes de marzo, mientras que el del West Texas -de referencia en EEUU- rondó los 113,49 dólares, frente a los 106,72 que marcó hace un mes. Por su parte, la onza de oro se despidió de la semana y del mes con un nuevo máximo anual al continuar su tendencia alcista y alcanzar un precio de 1.560 dólares, más de un 8% superior al precio que marzó la onza hace un mes.