Las eléctricas vuelven a ser, según los expertos de mercado, el refugio idóneo en el que guarecerse. ¿Pero qué eléctrica es la más atractiva? La mejor considerada es ¡ACS! Sí, ha leído bien. Puede que la constructora no se dedique al negocio de la electricidad, pero en el sector es casi como una más, gracias a su participación próxima al 45 por ciento en Unión Fenosa y superior al 10 por ciento en Iberdrola.
ACS (ACS.MC) es uno de los valores que más potencial alcista posee en la bolsa española, próximo al 40 por ciento, según el consenso de bancos de inversión que siguen el título. Pero es que además de contar con mucho recorrido al alza -escenario que también comparte con otras constructoras como Ferrovial y FCC-, la diferencia respecto a éstas es que los últimos bancos de inversión que han modificado su precio objetivo lo han hecho al alza o han mantenido el que ya tenían.
Al potencial alcista de ACS se une que la tercera eléctrica que más se espera que pueda subir en bolsa es su participada Unión Fenosa.
La chispa del 'señor del ladrillo'
Cuando, en septiembre de 2005, ACS anunció la compra del 22,07 por ciento de Unión Fenosa, muchos no daban crédito. ¿Qué se propone ahora Florentino Pérez?, ¿no querrá ser un eléctrico?, ¿o de verdad piensa que hay sinergias entre el kilovatio y el ladrillo? Dos años después, estas preguntas parecen ridículas.
Acciona preside Endesa, Sacyr Vallehermoso es el primer accionista de Repsol y ACS controla Fenosa. Sí, a aquella primera cuarta parte del capital le siguió una opa por otro diez por ciento, luego la adquisición de un seis por ciento más… y así hasta sumar una participación cercana al 45 por ciento del grupo.
El salto de dimensión que dará ACS al integrar sus participaciones tanto en Unión Fenosa como en Iberdrola es sorprendente. En 2004, el último ejercicio en el que en la constructora controlada por el triunvirato formado por los March, los Albertos y Pérez ni se barruntaba su interés eléctrico, el beneficio bruto de explotación (denominado ebitda) no alcanzaba los 1.000 millones de euros. Cuando se cierre 2008, los bancos de inversión estiman que el ebitda de la constructora alcanzará los 4.000 millones de euros. Este último dato es especialmente relevante, ya que el ebitda es un pilar fundamental de las valoraciones. Y cuanto más elevado es este resultado, mejores recomendaciones recibe la compañía. Además, ayuda a contrarrestar el impacto de la deuda, una auténtica cruz para las constructoras este año.
Cuando el mercado analiza el apalancamiento de las compañías -su capacidad de endeudamiento-, lo calcula dividiendo la deuda entre el beneficio bruto de explotación. Por tanto, cuanto más pequeño sea el resultado, mejor saldrá la foto y mejores recomendaciones recibirá la empresa en cuestión. El próximo año se situará en ACS por debajo de 4 veces. Alto, pero perfectamente justificable.