
La sesión se ha complicado a media mañana para el Ibex 35, que ya cede más de un 1% arrastrado por la caída de la banca. La tensión reaparece sobre la deuda periférica y en el mercado secundario la prima adicional que se exige a los bonos españoles sufre su mayor subida desde principios de febrero. Ha llegado a marcar los 194 puntos básicos en la jornada y todavía continúa alrededor de los 191 puntos.
España está saliendo airosa de la petición de rescate solicitada por Portugal hace una semana. Al menos, ésta es la sensación que ha imperado en las cinco últimas jornadas. Sin embargo, ciertas referencias del mercado aconsejan extremar la prudencia porque se están tensando de nuevo. El riesgo sigue siendo demasiado alto.
Uno de los termómetros del riesgo que ofrece una evolución preocupante es el seguro contra el impago (CDS) de la deuda española. En las cuatro últimas jornadas ha subido un 16,7%, su mayor repunte desde noviembre de 2010, y ha escalado hasta los 230 puntos básicos. Sí, está muy por debajo de los 365 puntos básicos a los que escaló hace cinco meses, pero que retome la senda alcista no es un buen síntoma. En este sentido, hay que tener en cuenta que los inversores compran CDS o para proteger sus carteras o para beneficiarse de la incertidumbre futura que envolverá a la deuda que ese seguro protege, por lo que el repunte de los CDS no supone una buena noticia.
En segundo lugar, la mini-prima de riesgo de España, medida por la diferencia entre la rentabilidad de los bonos españoles y alemanes a 3 años, repunta hoy hasta los 169 puntos básicos -ó 1,69 puntos porcentuales-, el nivel más alto desde comienzos de marzo. Esta subida responde al incremento del rendimiento de los bonos españoles a 3 años, que alcanza el 3,82%, el nivel más alto desde enero. De mantenerse esta subida -que es consecuencia de las ventas, porque el rendimiento crece cuando baja el precio de los títulos- también supondría un mal presagio; en el caso de los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal ha sido la deuda a dos, tres y cinco años la que se ha tensionado antes y con mayor intensidad.
En tercer lugar, el rendimiento de los bonos españoles a 10 años se encuentra por encima del 5%. En concreto, se sitúa en el 5,31%, por debajo del 5,54% que alcanzó en enero de este año -algo que es bueno-, pero también muy por encima del 3,85% de hace un año -y eso es malo-. Al mismo tiempo, conviene recordar que los bonos a una década de Grecia se encontraban entre el 5 y el 5,5% en enero de 2010, apenas tres meses antes de su rescate. Lo mismo ocurría con los irlandeses y los portugueses en agosto de 2010, y el primer país solicitó la ayuda en noviembre del año pasado y Portugal lo hizo la semana pasada.
En cuarto término, la prima de riesgo de España, es decir, el interés adicional que exigen los inversores a los bonos españoles a 10 años sobre los alemanes con igual vencimiento, se encuentra por debajo de los 283 puntos básicos a los que llegó en noviembre, pero en los tres últimos días ha repuntado de los 175 a los 190 puntos básicos. Y aunque el retroceso acumulado en los cinco últimos meses es más que positivo, hay que tener presente tres matices: el primero, que la mayor parte de esa contracción se ha debido a que la rentabilidad de los bonos alemanes a 10 años ha crecido en 75 puntos básicos desde finales de noviembre; el segundo, que ese nivel supera en cinco veces la media que ha registrado la prima de riesgo española desde el nacimiento del euro en 1999; y el tercero, que hace un año la brecha entre los bonos y los bunds se limitaba a 70 puntos básicos.
Visto de otro modo, España se encuentra mejor que hace cinco meses y progresa adecuadamente, pero corre el riesgo de pecar de miopía si no recuerda que los distintos termómetros del riesgo estaban bastante más altos que hace un año. Y en estas circunstancias los expertos lo tienen claro: España tiene que completar las reformas activadas, principalmente la financiera y la laboral -sobre todo en lo que concierne a los convenios colectivos-; no debe cerrar la puerta a la posibilidad de que acometer más medidas; y tiene que cumplir el compromiso de reducir el déficit público hasta el 6% en 2011. No hay otra alternativa.