
Las no sorpresas también son sorpresas en sí. Se esperaba que Portugal terminara acudiendo al fondo de rescate de la Unión Europea y que Jean Claude-Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE) subiera los tipos de interés 25 puntos básicos. Y ambos escenarios se han cumplido. Por eso no es de extrañar que los mercados reaccionaron con calma. Tanto el de renta variable, que se decantó por el verde, como el de renta fija, donde apenas se vieron repuntes de rentabilidad, que suben cuando caen los precios.
Al fin y al cabo, ya se ha repetido en varias ocasiones: España no es Portugal. Y este eslogan volvió a ser la consigna más repetida entre los expertos. "Portugal será la última nación en pedir el rescate", afirmó Goldman Sachs. "Somos muy positivos sobre la habilidad que tiene España para apartarse de los países de la periferia más pequeños", asegura Morgan Stanley. "Nosotros no estamos en este momento en ningún riesgo por el hecho de que Portugal solicite la ayuda financiera", afirmó la ministra de Economía, Elena Salgado. Y en este tono fueron la mayor parte de las reacciones, o al menos, aquellas que tuvieron en cuenta los inversores. Esto explica que mientras que la rentabilidad del bono griego repuntó tras conocerse que sí, que la Unión Europea también saldrá al rescate de Portugal (el rendimiento del luso se relajó hasta el 8,53 por ciento), la rentabilidad del español a 10 años se mantuvo en niveles del 5,24 por ciento, muy lejos de su máximo anual del 5,54 por ciento e incluso también de su media del año, que se sitúa en el 5,33 por ciento. Y eso a pesar de que España se enfrenta sólo en el mes de abril a vencimientos de deuda por valor de 14.000 millones de euros. "El discurso ha cambiado y ahora sólo hay alabanzas para España. Hace meses no se decía que España fuera diferente, por lo que creo que con el rescate de Portugal se debería poner fin a la crisis de la deuda de la eurozona", afirma Alfonso de Gregorio, de Gesconsult.
No siempre se ha distanciado
No le falta razón, ya que el rescate de Portugal ha sido el único del que España no ha salido perjudicada. Y para muestra, algunos datos. Cuando fue Grecia quien solicitó la ayuda de la Unión Europea, la rentabilidad del bono español a diez años pasó del 3,98 al 4,05 por ciento y el 21 de noviembre, el día en que fue Irlanda quien acudió al Fondo de Rescate, el rendimiento de la deuda pública española repuntó del 4,73 al 4,89 por ciento.
Los mismos repuntes se vieron entonces en la prima de riesgo o, lo que es lo mismo, en el diferencial entre el rendimiento del bono español a diez años y el alemán. Un repunte que tampoco se vio hoy. De hecho, el diferencial se mantuvo en los niveles de los 180 puntos básicos, la cifra más baja desde noviembre de 2010.
Incluso los CDS (riesgo de impago, por sus siglas en inglés) se mantuvieron sin cambios en los 200 puntos básicos, convirtiendo a España en el único país de los PIGS en que no figura en el top ten mundial de países con mayor riesgo de impago. En los rescates anteriores, sin embargo, este ratio repuntó de los 282 a los 300 puntos básicos el día en que se anunció el rescate a Irlanda y de los 164 a los 207 puntos en las 48 horas siguientes a la petición de intervención de Grecia.
¿Ha pasado lo peor?
Es la gran pregunta. De momento, parece que el mercado ya ha decidido que España no será la siguiente, pero eso no implica que no se vea perjudicada por el rescate portugués, ya que es uno de los países que más relaciones comerciales guarda con el país luso desde el punto de vista económico.
"Madrid no debería cantar victoria todavía porque le quedan aún deberes por hacer", afirmaba ayer el diario Finantial Times, el mismo que sólo un día antes alabó la gestión de José Luis Rodríguez Zapatero al frente del gobierno español.
"Portugal e Irlanda son dos fuentes muy grandes de contagio y advierte de que sobre todo la situación portuguesa puede volver a incendiar el contagio a España, justo ahora que el mercado de bonos parece estar dando signos de descorrelación con respecto al resto de la periferia", aseguran en RBS.
Sin embargo, no hay que olvidar que en el caso de que los inversores vuelvan a meter en el saco de los PIGS a España, es muy improbable que ese contagio se traduzca en una nueva petición de rescate. De producirse "vaciaría los fondos del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera incluso antes de que llegásemos al Mecanismo de Estabilidad Europea en 2013. El Gobierno español se muestra claramente comprometido a intentarlo pero veo riesgo de que la gravedad de los fundamentales económicos supere esta voluntad política de lidiar con los problemas estructurales del país", aseguran en Saxo Bank.
Desde Morgan Stanley no ven, de momento, ese riesgo económico, ya que pronostican que España cerrará 2012 con una tasa de paro del 15,9 por ciento y un crecimiento del 1,5 por ciento.