Pese que ayer el parqué de El Cairo se dejó un 8,92% tras su apertura dos meses después de cerrar por las revueltas en el país, hoy se anotó un descenso inferior al 4%. Mientras que el Nikkei cae un 9,5% desde que tuvo lugar el seísmo y posterior tsunami.
Las comparaciones siempre son odiosas, y en los mercados más de lo mismo. La debilidad que ha demostrado Egipto al tener que paralizar durante siete semanas la actividad de su bolsa por las revueltas sociales, que terminaron con el régimen de Hosni Mubarak, contrasta con la fortaleza y moderna economía japonesa, que ni siquiera un devastador terremoto obligó a echar el cerrojo de su bolsa.
Hace casi ya dos meses -desde el pasado 27 de enero- que los conflictos callejeros obligaron a las autoridades egipcias a cerrar la bolsa para frenar las consecuencias que podía tener en la economía el espíritu vendedor de esos días. Y ayer, cuando el mercado volvió a abrir sus puertas, el panorama no fue muy distinto. Los inversores se lanzaron a desprenderse de títulos, lo que llevó al índice EGX 30 a retroceder un 8,92 por ciento, hasta los 5.142 puntos. El nivel más bajo de la bolsa egipcia desde abril de 2009, cuando entonces cerró en 4.625 puntos.
La reapertura del mercado, el segundo -después de Marruecos- mayor entre los mercados de renta variable del Norte de África, no contó con ningún aliado. Las pérdidas generalizadas que registraron la mayoría de los valores del indicador (otros cerraron plano) no hicieron más que alimentar las importantes caídas que acumula el mercado egipcio en lo que va de ejercicio. El EGX 30 se deja ya un 28 por ciento desde enero.
Japón, ejemplo de superación
La fortaleza y capacidad de respuesta de Japón es incuestionable. La tercera potencia económica ya ha demostrado en sendas ocasiones la facilidad que tiene para recuperarse de cualquier problema y en esta ocasión lo ha vuelto a hacer. Ante la inestabilidad que generó en el mercado el gran terremoto del pasado 11 de marzo y la posterior crisis nuclear en la central de Fukushima, el Gobierno japonés reaccionó con importantes inyecciones de capital pero nunca con el cierre de negociación de su mercado. Con la caída del 1,65 por ciento de ayer, el Nikkei 225 retrocedió hasta los 9.449 puntos. Y es que la incertidumbre sobre cuál puede ser el desenlace de esta catástrofe -según estimaciones oficiales, el impacto del desastre superará el 5 por ciento del PIB- y las repercusiones que puede tener en la economía a nivel global están haciendo que los inversores huyan a países refugio. No obstante, los precios a los que están cotizando las compañías niponan hacen que las casas de análisis vean en el mercado japonés grandes oportunidades.