El Tesoro Público ejecutó la última de las subastas de deuda pública previstas en su calendario para el primer trimestre del año. Fue un buen broche para tres meses en los que España ha esquivado con éxito la persistencia de la crisis soberana y se ha financiado en los mercados sin problemas, aunque a un coste muy superior al de 2010.
Hasta la fecha, la emisión de deuda bruta asciende a 52.500 millones de euros, con lo que alcanza ya el 27,5 por ciento de los 190.000 millones previstos para el conjunto del ejercicio, según los datos de la Dirección General del Tesoro y Política Financiera.
Alcanzó esa cifra tras captar 2.050 millones en letras a tres y seis meses, una cantidad con la que consiguió cumplir su meta de lograr entre 1.500 y 2.500 millones de euros. Además, los títulos se colocaron al interés más reducido desde octubre de 2010. En concreto, las letras a tres meses se adjudicaron a un interés medio del 0,899 por ciento, mientras que los títulos a medio año se subastaron al 1,361 por ciento. Como ha sido habitual durante el trimestre, el Tesoro contó a su favor con una elevada demanda. En total, las peticiones ascendieron a 11.678 millones de euros, con lo que superaron la oferta en más de cinco veces.
Comparaciones odiosas
El Tesoro, por tanto, ha saldado el primer trimestre con dos buenas noticias. Por un lado, conseguir un ritmo de financiación adecuado para cumplir los objetivos fijados para el conjunto del año y afrontar sin problemas los distintos vencimientos -en abril vencen 15.000 millones en bonos que ya han sido cubiertos-. Y por otro, la positiva respuesta de la demanda, que se ha mantenido fuerte a pesar de la prolongación de los problemas en los países periféricos de la zona euro.
Pero la sombra de la crisis soberana es muy alargada. Y se ha dejado notar en un apartado especial: los costes de financiación. Aunque el Tesoro ha ido pagando en las últimas emisiones un interés inferior al de los meses anteriores, la visión es muy distinta si la comparación se realiza con respecto a los rendimientos de hace un año. En marzo de 2010, por ejemplo, las letras a tres y seis meses se colocaron al 0,32 y el 0,48 por ciento, casi un tercio de la rentabilidad desembolsada. Según los datos oficiales disponibles hasta la fecha, el interés medio de la deuda pública española en circulación aumentó en enero hasta el 3,74 por ciento, una cifra que no sólo supera el 3,49 por ciento de enero de 2010, sino que supone la cota más alta desde 2009.
Esta evolución concuerda con la registrada por la prima de riesgo, es decir, el interés adicional que los inversores exigen a los bonos españoles a 10 años con respecto a los alemanes de igual vencimiento. Hace un año, esa brecha se limitaba a 78 puntos básicos -ó 0,78 puntos porcentuales-. En la actualidad, y pese a la distensión de las últimas jornadas, esa diferencia se encuentra en los 193 puntos básicos.
Vuelve el miedo periférico
