No hay dos sin tres. La bolsa española todavía no había digerido el recorte de rating de Moody's, cuando a principios de semana la crisis nuclear de Japón ya advertía a los mercados de nuevos sobresaltos. Y así fue. Durante la semana, la posibilidad de que la situación en la central de Fukushima se agravara originó grandes desplomes en las bolsas mundiales que se calmaron ayer, cuando el régimen de Gadafi anunció un alto el fuego poco antes de que las tropas de la ONU fintervinieran en la región.
La decisión del Gobierno de Libia fue recibida con alivio en el parqué, donde el precio del petróleo se relajó y las pérdidas iniciales se convirtieron en ganancias que se mantuvieron al término de la sesión. El Ibex 35 cerró con un descenso semanal del 0,67 por ciento, tras anotarse ayer una ligera subida del 0,03 por ciento que llevó al indicador hasta los 10.328 puntos.
En esta ocasión fueron las renovables -Abengoa y Gamesa con subidas del 8 y 6 por ciento en cada caso- y los bancos los que lideraron las subidas semanales y llevaron a la bolsa española a ser el mercado menos castigado de Europa.
El Dax alemán se dejó un 4,5 por ciento en la semana, lastrado por las automovilísticas y aseguradoras (algunos de los sectores más castigados a raíz de la catástrofe de Japón), seguido del francés Cac 40, que cedió un 3 por ciento, y un 1 por ciento en el caso del londinense Ftse 100.
Pérdidas generalizadas que llevaron a Ecotrader -el portal de estrategias de inversión de elEconomista- a recortar progresivamente la exposición a la renta variable. Así, si a principios de semana el 35 por ciento de la cartera correspondía a la renta variable, la exposición se quedó reducida finalmente al 20 por ciento (ver página 5).
En Europa, los sectores que más tiraron del Stoxx 600 fueron la tecnología y las petroleras -el Brent (de referencia en Europa) cerró en 114 dólares-, mientras que el más negativo fue el financiero.
Y eso que los bancos europeos, especialmente los de las economías periféricas, comenzaron la semana con grandes repuntes después de que el viernes anterior la Eurozona aprobara el Pacto por el Euro que suponía el pistoletazo de salida para reforzar el fondo de rescate y flexibilizarlo para facilitar a los países con más dificultades, como Grecia, la devolución de las ayudas. Un alivio que contrastó con la caída que experimentaron después de que Moody's recortara el pasado miércoles y en dos escalones, desde A1 a A3, la nota crediticia de Portugal.
Pese a ello, el mercado de deuda no se vió penalizado en el balance semanal. Los grandes descensos en bolsa por el miedo a que la situación en Japón pueda poner en peligro la recuperación económica global, llevó a los inversores a huir de la renta variable y refugiarse en el mercado de deuda pública.
Las compras de esta semana propiciaron que el rendimiento de los bonos españoles a 10 años se moderara desde el 5,4 al 5,16 por ciento. Una relajación que situó a la prima de riesgo -medida por el diferencial que existe entre el bono español a 10 años y su homólogo alemán- en los 198 puntos básicos. Era la primera vez, después de 28 jornadas consecutivas, que la prima de riesgo española se situaba por debajo de los 200 puntos básicos.
Preocupación en Wall Street
En Wall Street, sin embargo, el sentimiento de mercado ya recogió la preocupación de los inversores. El balance semanal en los principales mercados norteamericanos era bajista.
El Dow Jones se anotó una subida inferior al 1 por ciento animada principalmente por el buen comportamiento de JP Morgan, que repuntó más de un 2,60 por ciento el día en que la Reserva Federal rindió cuentas de la salud financiera de las entidades y permitió al banco -al igual que a Wells Fargo- incrementar su dividendo trimestral hasta los 25 centavos de dólar desde los cinco centavos establecidos previamente.
Los resultados de los test de estrés llegan en una semana en la que el sector ha sido, después de la tecnología, el más penalizado del S&P 500, mientras que la energía y materiales básicos fueron las actividades punteras (ver gráfico).
Este jueves, además, el gigante estadounidense Cisco anunció que, por primera vez en su historia, empezaría a pagar a sus accionistas un dividendo trimestral de 6 centavos de dólar por acción a partir del 20 de abril (ver gráfico).
En el mercado de divisas, el cambio del euro ascendió a los 1,41 dólares. Aunque fue la moneda nipona, el yen, la protagonista de los últimos días al marcar máximo histórico en su cruce con la moneda estadounidense.