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Tokio... se prepara para frenar su moneda solo... o en compañía del G-7

Enfriar los reactores nucleares de la central de Fukushima es la prioridad para Japón. Pero no es la única temperatura que las autoridades quieren rebajar. Rememorando lo ocurrido a comienzos de 1995 tras el terremoto sufrido en Kobe, el yen también se está calentando hasta unos niveles insoportables para la economía nipona. En la noche del miércoles al jueves, la divisa llegó hasta donde nunca antes lo había hecho. Una apreciación superior al 4 por ciento le catapultó hasta las 76,25 unidades por dólar.

Dejó vieja así la plusmarca alcanzada tras el seísmo de hace 16 años. Entonces, su escalada le llevó hasta los 79,75 yenes, un cambio que alcanzó después de tres meses de subidas en los que acumuló una apreciación del 20 por ciento. Este precedente es el que asusta al Gobierno y al Banco de Japón (BoJ). Teniendo en cuenta que el temblor y posterior tsunami del pasado viernes cogió al yen a un cambio de 83 unidades por dólar, si siguiera los pasos de 1995 y se revalorizara un 20 por ciento, se dispararía hasta los 70 yenes.

Cumbre telefónica

Las autoridades no están dispuestas a tolerarlo. De ahí que la sombra de la intervención para frenar la escalada del yen ?algo que hizo por última vez en septiembre de 2010? planeara hoy sobre el mercado. La única duda, de hecho, reside en si Japón actuará solo o con la compañía del resto de países integrantes en el G-7, el grupo que concentra a las siete mayores potencias del mundo.

Es más, la posibilidad de coordinar una acción conjunta para contener al yen era uno de los puntos que se iba a tratar en la cumbre telefónica que los ministros de Finanzas y banqueros centrales del G-7 tienen previsto mantener en la madrugada del jueves al viernes ?hora española?. También estudiarán el modo con el que prestar ayuda financiera a Japón. "Es necesario que estemos a disposición de nuestros amigos japoneses en la parte monetaria", estimó el miércoles la ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde. "Habrá que ver de qué manera adquirimos emisiones de obligaciones japonesas, de qué modo reaccionamos en el plano financiero", añadió. Como adelanto, las principales potencias del mundo comenzaron a calcular el alcance de la tragedia. Por el momento, la valoran en 180.000 millones de euros.

A la espera de si esta cumbre se salda con acuerdos concretos o no, la mera especulación de la intervención en el mercado para frenar al yen ya surtió efecto. Desde las 76,25 unidades por dólar, se fue moderando durante la sesión hasta las 79. Lo mismo ocurrió en su cruce contra el euro:tras estirar su cambio hasta los 106,8 yenes, se frenó hasta los 111.

Entre los analistas, la actuación del BoJ en defensa de la moneda nipona ?sola o en compañía? se da por segura. Kathy Lien, experta en el mercado de divisas, destaca que Japón ha intervenido en siete de las diez ocasiones en las que el yen ha llegado a apreciarse en una sesión más de un 3,5 por ciento, tal como ha ocurrido hoy. El último precedente data del 17 de junio de 1998. Ese día, la divisa japonesa llegó a apreciarse un 4,3 por ciento, subida que fue respondida por el Banco de Japón, en coordinación con la Reserva Federal (Fed) estadounidense, para atemperar la ascensión. La subida posterior al terremoto de Kobe también desencadenó una oleada de intervenciones entre marzo y agosto de 1995.

Cuestión de plazos

Mientras el BoJ se lo piensa, los expertos insisten en la importancia del tiempo. A corto plazo, y en medio de la incertidumbre y la preocupación aún reinante, el terreno sigue expedito para que el yen se aprecie. SaxoBank no descarta que pueda llegar incluso hasta las 65 unidades por dólar; es decir, que se aprecie un 17,7 por ciento más.

Esta fortaleza contrasta con la destrucción que ha sufrido el país y la alarma nuclear. Sin embargo, varios motivos la explican. "El yen estará posiblemente bajo presión a corto plazo por la repatriación de las compañías aseguradoras para atender las reclamaciones", explica Kiichi Murashima, economista de Citi en Japón. Al sector seguros se sumarían los bancos y otras empresas, interesados igualmente en proteger su posición financiera actual con el dinero procedente de las inversiones que tienen en el exterior. Como esta situación ya se produjo en 1995, hay inversores que han intentado sacar provecho de antemano, algo que ha acelerado la subida. "El yen se está apreciando rápidamente al anticipar una repatriación de activos a gran escala", subrayan los expertos de Barclays.

A medio plazo, sin embargo, todas las expectativas contemplan una notable depreciación del yen, tal como ya ocurrió en la segunda mitad de 1995. Para Kiichi Murashima, la futura salida de flujos de capital cuando la crisis remita y los estímulos fiscales y monetarios para la reconstrucción "presionarán a la baja sobre el yen". En este sentido, desde Royal Bank of Scotland también consideran que "el dólar se apreciará gradualmente" con motivo de las diferentes expectativas con respecto a las futuras decisiones de la Fed y el BoJ.

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