El índice bursátil que incluye a las compañías relacionadas con esta fuente de energía experimentó caídas durante la jornada cercanas al 22 por ciento
Japón intenta desesperadamente por prevenir a toda costa una hecatombe nuclear en el país, tras el azote de un tsunami y un descomunal terremoto, las compañías relacionadas con el uranio sufrieron ayer su particular calvario en la renta variable. Las dudas surgidas a lo largo y ancho del planeta sobre la seguridad en las plantas nucleares podría poner en peligro la agenda sobre programas de desarrollo de esta energía en distintas partes del mundo, por eso el Índice de Acciones de Uranio (URANM) se desplomó alrededor de un 22 por ciento.
No es para menos. Después de lo ocurrido en Japón muchos expertos pronostican una caída en la demanda de uranio. El país genera un tercio de su electricidad a través de 54 plantas nucleares, por detrás de EEUU y Francia pero, sin embargo, las consecuencias de la catástrofe podrían echar el freno a los planes de desarrollo nuclear de gigantes emergentes como China e India.
De hecho, los analistas de TD Newcrest rebajaron la recomendación sobre Cameco, el mayor componente del Uranium Stocks Index, desde comprar a mantener. Sus acciones de precipitaron más de un 17 por ciento. Por su parte, Dahlman Rose redujo el precio objetivo de las acciones de Cameco en diez dólares hasta situarlo en los 42 dólares. Además, hizo algo parecido con Uranerz Energy, cuyo precio objetivo se sitúa ahora en los 6,50 dólares desde los 7,50 previos. La compañía cayó un 27 por ciento al conocerse la noticia.
En EEUU, varios legisladores, como el demócrata Edward Markey, han emitido peticiones que exigen una moratoria en los planes de construcción de nuevas plantas nucleares en el país, algo que, por supuesto, reducirá la demanda de uranio, al menos a corto plazo. Bajo estas circunstancias, otras compañías como las minera Denison Mines Corp también sufrió un batacazo al ceder un 21,9 por ciento. En esta misma línea se comportaron otras entidades como la australiana Bannerman Resources Ltd que cayó más de un 25 por ciento en la Bolsa de Toronto o Uranium One Inc.
De todas formas, este descenso a los infiernos no es más que una consecuencia del amargo sabor de boca dejado por los acontecimientos en Japón. Dahlman Rose reiteró su sentimiento alcista para todo el sector relacionado con el uranio, eso sí, "a largo plazo". Sin embargo, el ex vicepresidente de Goldman Sachs en Asia, Ken Courtis, aventuró que un colapso nuclear en Japón "podría arrastrar a la industria varias décadas atrás", al mismo tiempo que incidió en las implicaciones que esto tendría en la energía mundial y, por supuesto, la recuperación económica del planeta.
A la espera de los acontecimientos, la Casa Blanca reiteró que no pretende alterar sus programas nucleares en el país y pretende seguir adelante con sus planes de saciar parte de las necesidades energéticas del país a través de nuevas plantas nucleares. El portavoz de prensa del presidente Barack Obama, Jay Carney, aseguró que el desarrollo nuclear "continúa siendo parte del plan energético" del mandatario.