FILADELFIA (Reuters) - Tres directores de funerarias de Filadelfia lideraron una trama por la que más de 1.000 cadáveres fueron desmembrados en condiciones insalubres y sus partes fueron vendidas a médicos que las implantaron en pacientes, según declaró el jueves un gran jurado.
Los acusados son Louis Garzone, su hermano Gerald Garzone y James McCafferty, quienes dirigían una empresa funeraria y un crematorio.
Miles de personas que necesitaban, por ejemplo, sustituir huesos rotos o reparar sus tendones podrían haber recibido partes de cadáveres infectadas con VIH, hepatitis, septicemia y otras enfermedades, sostuvo el documento. No estaba claro si los receptores de las partes cayeron enfermos.
El plan "utilizó empresas que habitualmente están asociadas con la compasión y el cuidado y las pervirtió en algo grotesco, avaro, peligroso y criminal", señaló el informe.
Al menos cinco hospitales del área de Filadelfia y 41 de Pennsylvania implantaron tejidos proporcionados por Biomedical Tissue Services, la compañía dirigida por Mastromarino, según el informe.