
Portugal confiaba en que el tiempo corriera a su favor. Pero la realidad se está empeñando en lo contrario. Ni el respaldo a Grecia ni la ayuda a Irlanda amansaron las aguas de la crisis soberana en la eurozona. Tampoco calmaron las ansias del mercado. Y ahora es Lisboa la que siente el aliento del rescate en la nuca. Lo sintió en toda su crudeza en la subasta de bonos a dos años que realizó hoy, que se saldó con un sustancial encarecimiento de los costes de financiación.
En concreto, el Instituto de Gestión de la Tesorería y el Crédito Público se vio obligado a pagar un interés medio del 5,99 por ciento, cuando en septiembre de 2010 colocó títulos con igual vencimiento con una rentabilidad del 4,08 por ciento. En seis meses, por tanto, la factura se disparó un 47 por ciento. Aunque Portugal consiguió con la operación 1.000 millones de euros, que era el objetivo que perseguía, ese coste constata que el país tiene casi imposible captar financiación a medio y largo plazo en el mercado. Esta impresión quedó reforzada por el hecho de que la rentabilidad de los bonos lusos a 10 años llegó a repuntar al 7,7 por ciento, el nivel más alto desde el nacimiento del euro en 2009.
Pero los crecientes problemas portugueses no son los únicos que inquietan en la zona euro en vísperas de la Cumbre Europea que se celebrará el viernes. Otro viejo conocido, Grecia, está en una situación cada vez más dramática. La rentabilidad de los títulos helenos a 10 años se disparó hasta el 12,9 por ciento ante el temor a que Atenas acabe incurriendo en un impago de su deuda -default-. Este riesgo también provocó que el seguro para cubrirse de ese impago (CDS) subiera hasta los 1.050 puntos básicos, un nivel que volvió a colocar a Grecia al frente del ranking mundial del riesgo, por delante de Venezuela.
Estas referencias otorgan más relevancia a la Cumbre del viernes. "Nos acercamos a una fase crítica de la crisis de deuda pública de los llamados PIGS", certifica John J. Hardy, estratega de divisas de Saxo Bank. Y añade a modo de aviso: "Si se extiende más allá de los países más periféricos hacia países como España, Italia o ambos, los programas actuales y la caja con la que cuentan los fondos de rescate se verán desbordados".
Pimco se vacía de deuda EEUU
Pero la deuda periférica no es la única en torno a la que hay recelos. Pimco, la mayor gestora de renta fija del mundo, tampoco confía demasiado en la estadounidense. Según una información publicada por Wall Street Journal, citando a fuentes de la gestora, su presidente, Bill Gross, ha dejado a cero sus posiciones en deuda pública estadounidense, frente al 12 por ciento que este tipo de inversiones suponía en su cartera en enero. De momento, no ha decidido dónde irá a parar ese porcentaje de la cartera, que ahora mantiene en liquidez. De hecho, el porcentaje de liquidez ha pasado del 5 al 23 por ciento.