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Sin casa y además endeudados hasta las cejas por la crisis en España

La falta de trabajo por la crisis en España ha llevado a muchos como Manolo Marbán a no poder pagar las hipotecas de sus viviendas y a quedarse sin casa, recuperada por los bancos, con los que contraen además una enorme deuda para toda la vida.

La peluquería para perros que regenta este hombre de 56 años en el barrio de Carabanchel (sur de Madrid) no fue ajena a la crisis, que provocó la caída "brutal" del negocio, por lo que Manolo empezó a tener dificultades para pagar la mensualidad de una hipoteca de 250.000 euros.

A mediados de 2010, el banco se quedó con casa y tienda: "No sabemos cuándo nos tendremos que ir, lo cual te llena de incertidumbre y ansiedad", relata, afectado.

Las ejecuciones hipotecarias -sentencias judiciales por las que el banco se queda con la vivienda si su dueño no paga el préstamo- aumentaron en España un 50% en 2008 frente al año anterior y otro 50% en 2009.

En octubre de 2010 totalizaban 222.350 desde 2008, según las últimas cifras del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

La Plataforma Afectados por la Hipoteca (PAH) prevé "cerca de 300.000" casos a finales de 2010 y "medio millón" en dos años, según su portavoz, Ada Colau.

Sin cifras oficiales de desahucios, muchos afectados no tienen más opción que alojarse en casas de familiares, caravanas o cuartos alquilados.

Antes de la crisis, la economía española creció más que la media europea ayudada por el hiperdesarrollo inmobiliario. Las compras y precios de viviendas y los préstamos se dispararon.

Los bancos "dieron hipotecas basura a sabiendas de que no se podrían pagar", denuncia el abogado Rafael Mayoral.

Muchos compradores destinaban gran parte del sueldo al pago mensual del préstamo, mientras los bancos prestaron incluso por más del 100% del piso, pero ahora han endurecido las condiciones, según un empleado de un gran banco.

A quienes no pueden pagar, el banco les lleva ante la justicia, a través de la cual se queda con la vivienda. Pero como con la crisis su valor bajó y no basta para saldar todo el préstamo, el ex propietario, además de perder su casa, suele contraer con el banco una deuda -que no prescribe- a la que se añaden altos costes judiciales.

Este es el caso de Julio César Rodríguez, que perdió su empleo en la construcción en 2008 y por no seguir pagando una hipoteca de 283.000 euros, el Banco Guipuzcoano -al que ha denunciado- le quitó el piso en mayo de 2010.

Además le queda una deuda mayor que el préstamo, de 325.000 euros (110.000 por la devaluación y el resto por costas judiciales).

"Dentro de poco tendré una deuda de medio millón", porque como no está pagándola, le penalizan, se lamenta este ecuatoriano de 48 años que forma parte de uno de los colectivos más afectados, el inmigrante.

"No tengo ganas de volver a empezar": "Al entregar el piso, uno debería quedar sin deuda, así sí se podría empezar de cero". ¿Por qué tengo que deber ahora más de lo que ellos me dieron?", se pregunta Rodríguez, que tuvo que mudarse con esposa, cuatro hijos y nieto a un modesto piso de Alcobendas (norte de Madrid) cuyo alquiler comparten.

Las asociaciones piden al Gobierno un cambio legislativo para permitir la "dación de pago", es decir, que la entrega del piso al banco salde la deuda.

"En los países anglosajones, el piso salda la deuda", "en Francia hay una mediación tutelada por la administración" y en Alemania, "al cabo de siete años se condona", pero "España es el único país donde te condenan de por vida", denuncia Colau, que lo considera "anómalo".

El Ejecutivo rechaza la "dación" alegando que sería "perjudicial" para los bancos y el partido socialista ha rechazado dos veces en el Congreso esta medida, pedida por varias formaciones.

"No estamos con un problema de la magnitud del caso de Estados Unidos", donde más de 3 millones de viviendas han pasado a la banca con la crisis, estima José García Montalvo, de la Universidad Pompeu i Fabra de Barcelona, aunque admite que el problema "se está acelerando" en España.

Pero no apoya la "dación" porque provocaría "un aumento de los tipos de interés".

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