SEÚL (Reuters) - El presidente de Corea del Sur, Roh Moo-hyun, llegó el martes a la ermitaña capital de Corea del Norte para reunirse con su sombrío líder, Kim Jong-il, en la segunda cumbre entre dos estados que siguen técnicamente en guerra.
Sin embrago, sus críticos dicen que el encuentro es simbólico y eludirá el programa de armas nucleares de Corea del Norte y su ampliamente criticado historial de derechos humanos.
Un serio y corpulento Kim, vestido con su característico mono y zapatos de plataforma que le hacían parecer más alto que Roh, estrechó posteriormente la mano al líder surcoreano y su esposa.
Roh, que lleva sólo cinco meses en el cargo, dijo que usaría las conversaciones para presionar para lograr la paz y un eventual recorte de armas en la península y podría comprometer miles de millones de dólares para la asediada economía de Corea del Norte.