Andrés Dulanto
Madrid, 28 sep (EFECOM).- Las relaciones entre los dos gigantes de la banca española, Santander y BBVA, parecen haberse deteriorado en las últimas semanas, en coincidencia con el delicado momento que viven los mercados financieros y la emisión de bonos de 7.000 millones de euros que realizará el banco presidido por Emilio Botín.
Mientras algunos expertos y analistas hablan de un auténtico "pique" entre ambos, otros señalan que simplemente es reflejo de la fuerte competencia y rivalidad que mantienen desde hace años y que ha ayudado, junto al papel desempeñado por otros bancos, a que el sistema financiero español sea uno de los más eficientes y competitivos del mundo.
En cualquier caso, esta competencia se ha acentuado tras la sacudida que supuso en los mercados internacionales la crisis de las hipotecas "subprime" en Estados Unidos, ya que la falta de liquidez en el sistema y los temores de los inversores asustaron a todos los jugadores, aunque oficialmente no quieran reconocerlo.
Uno de los detonantes que ha provocado que sus relaciones no estén en su mejor momento se produjo hace unas semanas cuando el Santander propuso en el denominado Grupo 1 de la Asociación Española de Banca (AEB) -conformado por esta entidad, el BBVA y el Banco Popular- que la patronal emitiese un comunicado explicando que la solvencia de la banca española no estaba afectada por la crisis.
Según confirmaron a EFE fuentes bancarias, el comunicado, que tras su redacción se consensuaría con el Grupo 2 -Banco Sabadell, Bankinter, Banco Pastor y Banesto-, no llegó a emitirse por la negativa del BBVA, que argumentó que no era necesario.
Sin embargo, esta negativa se puede interpretar de distintas formas, debido a que el Santander está inmerso en la compra del ABN Amro junto con sus socios y, para financiarla, emitirá el próximo jueves bonos convertibles por 7.000 millones de euros, recordaron las mismas fuentes.
Estos bonos convertibles en acciones tendrán un interés del 7,50% TAE el primer año y del Euribor a 3 meses más un diferencial del 2,75% los cuatro restantes.
Ante esta emisión, y debido a que la buena acogida que tuvo en el mercado su anuncio llevó al Santander a aumentarla a 7.000 millones frente a los 5.000 previstos inicialmente, algunas entidades y gestoras han explicado a su red de sucursales cómo defenderse de una posible retirada de fondos de sus clientes para comprar estos bonos.
Entre estos bancos se encuentra el BBVA, que en una nota, que publicaron varios medios, recordaba que la rentabilidad de la inversión no está garantizada y depende de la evolución de la acción del Santander.
Fuentes del mercado recordaron que este tipo de circulares internas sobre productos de la competencia son práctica habitual en el sistema financiero español, si bien explicaron que normalmente no llegan hasta el público general.
Por este motivo, saber si la publicación de estos informes es fruto de una investigación periodística o de filtraciones interesadas es "básico" para saber si actualmente existe "una guerra no declarada" a la emisión del Santander ante el temor que ha provocado entre sus rivales, argumentaron las mismas fuentes.
Por su parte, fuentes de la AEB destacaron a EFE que la banca española es "plenamente solvente", tiene liquidez y no se ha contaminado por la crisis "subprime", que es "extraña y externa" al sistema español y a su modo de operar.
En cualquier caso, lo que todos los analistas consultados tienen claro es que el actual escenario de turbulencias crediticias y miedo a una ralentización económica no es el más adecuado para que el Santander, sexto banco del mundo por beneficios y noveno por capitalización, y el BBVA, uno de los primeros de la eurozona, se enzarcen en una "guerra" que vaya más allá de la normal competencia entre rivales. EFECOM
ads-ala/mdo