NACIONES UNIDAS (Reuters) - El ministro de Exteriores cubano, Felipe Pérez Roque, se retiró el martes de la Asamblea General de Naciones Unidas después que el presidente estadounidense, George W. Bush, dijera que "el largo mandato de un cruel dictador está acercándose a su fin" en La Habana.
"El pueblo cubano está listo para su libertad", dijo Bush, en una aparente referencia a la enfermedad que obligó al líder cubano Fidel Castro a transferir hace 14 meses el poder a su hermano Raúl.
Cuba respondió en su comunicado diciendo que rechazaba "cada letra de su infame diatriba" y acusó a Bush por la muerte de más de 600.000 civiles en Irak, la tortura de prisioneros en la base naval de Guantánamo y el secuestro de sospechosos de terrorismo.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, salió en defensa de Cuba, diciendo que Castro ha mostrado su solidaridad con otros países pese al "bloqueo" producto de las sanciones económicas de Estados Unidos contra la isla de Gobierno comunista.
El canciller Pérez Roque intervendrá el miércoles ante la Asamblea General de la ONU.*.
