Diego A. Agúndez
Nueva Delhi, 20 sep (EFECOM).- Pese a rubricar hoy su apreciación más rápida en tres décadas frente al dólar, el Gobierno mira con preocupación el rápido ascenso de la rupia, que representa un peligro para los exportadores y amenaza la balanza comercial.
La divisa india rompió hoy la barrera simbólica de las 40 rupias por dólar y cerró en 39,91, una cifra que sirve para culminar una subida superior al 10 por ciento desde septiembre de 2006.
Guiada por la fortaleza de la economía india, la apreciación de la divisa frente al dólar en los últimos dos días radica en parte en la decisión de la Reserva Federal estadounidense de recortar medio punto los tipos de interés.
Esa medida, según varios expertos en el mercado, podría llevar a nuevas entradas de capitales en el parqué indio, porque los inversores prefieren invertir en monedas de alto rendimiento, como es el caso de la rupia.
"La rupia demuestra que hemos crecido. Es el mercado quien la empuja y confío más en el mercado que en los juicios del banco central indio o del ministro de Finanzas", comentó hace unos días el consultor Jamal Mecklai en declaraciones al diario "The Times of India".
La fortaleza de la divisa india y la debilidad del dólar han causado una apreciación de la rupia de más de un 10 por ciento en los últimos seis meses, en la mayor subida en tres décadas.
Pero la rupia no sólo crece respecto al dólar: entre enero y mayo de este año, el valor de la moneda india aumentó un 8 por ciento respecto a la libra, un 6,9 respecto al euro y un 11,2 por ciento respecto al yen, cantidades apreciables que, sin embargo, causan dolores de cabeza a los exportadores indios.
A pesar del orgullo de algunos inversores, un sondeo realizado por la Asociación de Cámaras de Comercio e Industria de la India (ASSOCHAM) mostró que un 80 por ciento de los exportadores se queja por la apreciación de la moneda, que les ha dejado en una situación "poco competitiva".
El Gobierno anunció en julio un paquete de ayudas de 14.000 millones de rupias para ayudar a paliar sus efectos, pero ello no ha servido para hacer disminuir su "preocupación" por el estado de las exportaciones y por el aumento del déficit comercial.
"Las exportaciones son un motor del crecimiento y debemos asegurar que el crecimiento no se ve afectado", dijo al respecto el ministro de Comercio e Industria, Kamal Nath, que se negó hoy a revisar a la baja la previsión de exportaciones para este año, fijada en 160.000 millones de dólares.
Pero una fuente oficial que pidió el anonimato ya adelantó en julio pasado que el objetivo no sólo no se cumplirá, sino que además la apreciación de la rupia amenaza 275.000 empleos.
"Con una tasa de cambio de 40 rupias por dólar, intentaremos mantener la cifra de exportaciones del año pasado. Nuestra mejor apuesta sería rondar los 140.000 millones de dólares", dijo.
En su carrera loca contra el dólar, la rupia cuenta además con el apoyo del índice Sensex de la Bolsa de Bombay, que superó este miércoles por primera vez los 16.000 puntos con la máxima subida en un sólo día (653 puntos).
La mayoría de las monedas asiáticas han subido estos días respecto al dólar, aunque la rupia es la que mayor apreciación ha registrado en los últimos años, sólo por detrás del real brasileño.
"En el pasado, los costes de las transacciones y la falta de buenas infraestructuras, unidos al escaso apoyo del Gobierno a los exportadores, han amenazado sus beneficios", dijo el presidente de ASSOCHAM, Venugopal N. Dhoot, a la agencia india IANS.
Ahora, con los sectores de joyería, pieles y el textil (cuyas exportaciones cayeron un 25-40 por ciento en abril y mayo) sufriendo los efectos de una rupia poderosa, parece que los exportadores tienen un nuevo problema.
Mientras los negocios de exportación sufren, hay sin embargo quien saca partido a la nueva situación: los operadores de viajes y los consumidores.
"Cada vez más indios viajan al exterior. Los precios de los paquetes turísticos en el extranjero han caído un 10 por ciento", declaró a "The Times of India" uno de los responsables del ramo.
Y, a la espera de que la fuerte rupia reduzca los precios de los productos importados, los consumidores de la nueva clase media se preparan para llenar sus casas de televisores japoneses, móviles europeos y ordenadores norteamericanos. EFECOM
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