SAN PETERSBURGO, Rusia (Reuters) - Los ministros de Finanzas del Grupo de los Ocho países más poderosos del planeta (G-8) predijeron el sábado un año de fuerte crecimiento pese a los altos precios del crudo, la caída en las acciones, las crecientes tasas de interés y los temores inflacionarios.
Los mercados financieros parecen más alarmados que los políticos: el índice Dow terminó su peor semana en un año por las preocupaciones por mayores tasas de interés y una desaceleración del crecimiento económico.
El Fondo Monetario Internacional estima que la economía mundial crecerá un 4,9 por ciento este año, impulsado por las potencias en desarrollo como India y China.
Los países del G-8, que incluyen a la anfitriona de la reunión, Rusia, así como a Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia e Italia, instaron por esfuerzos para encontrar alternativas para el petróleo y suministros más seguros de energía, un punto de tensión dentro de sus propias filas.
Las discusiones del sábado allanaron el camino para un encuentro a mediados de julio que marca el primer turno de Rusia al frente del G8, un grupo en el que fue admitido tras la caída de la Unión Soviética.
Pese al llamamiento para progresar en las conversaciones sobre libre comercio, el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, dijo que nada sucedería si no se hacían concesiones sobre ayuda agrícola, donde Europa y Estados Unidos están en la línea de fuego.
"Tanto Brasil y China mostraron voluntad de ser más flexibles: Brasil con productos industriales, China con servicios. Pero esto no sucederá a menos que los países desarrollados tengan un fuerte compromiso para liberalizar sus economías en comercio".