
La petrolera británica BP dio un nuevo paso este martes en su metamorfosis tras la marea negra del Golfo de México, que le hizo sufrir su primera pérdida anual en casi 20 años, al comenzar a pagar dividendos y lanzar una gran reestructuración en Estados Unidos.
Como se esperaba, BP <:BP.LO:>anunció que el ejercicio 2010 se saldó con una pérdida neta de 4.900 millones de dólares, tras ganancias de 14.000 millones el año anterior.
Es la primera vez desde 1992 que sus cuentas terminan en rojo, lo que se explica por el coste astronómico de la marea negra provocada el año pasado por la explosión de la plataforma petrolera 'Deepwater Horizon', en el Golfo de México, que dejó 11 muertos. La estimación del coste de la marea negra fue revisado al alza con respecto a los 40.000 millones anteriores, agregó la compañía en un comunicado.
Pero BP anunció también este martes que iba a volver a pagar en marzo dividendos de siete centavos por acción a sus accionistas por el cuarto trimestre, después de haberlos suspendido en junio en la estela del catastrófico vertido debido a las intensas presiones de Estados Unidos.
La medida era esperada por los analistas después de que el grupo registrara un beneficio neto ajustado de 4.610 millones de dólares en los tres últimos meses del año, en alza del 34% con respecto a un año antes.
De forma paralela, BP continúa con la remodelación de sus actividades, tras haber ejectuado en dos terceras partes ya su plan de cesión de 30.000 millones de dólares de activos.
En ese marco, BP anunció que venderá dos grandes refinerías estadounidenses, entre ellas la de Texas City, en Texas, donde se produjo en 2005 una mortífera explosión por la que murieron 15 trabajadores. La otra será la de Carson, en California.
La petrolera británica posee estas refinerías desde que compró los grupos estadounidenses Amoco, en 1998, y Arco, en 2000, que convirtieron BP en el primer productor de gas y de petróleo de Estados Unidos.
Esta reestructuración confirma la voluntad del grupo de reducir el peso de Estados Unidos en sus actividades, tras la alianza estratégica sellada el mes pasado con el gigante del petróleo ruso Rosneft para explotar yacimientos de hidrocarburos en el Ártico.
El "2010 quedará de forma legítima en las memorias como el año de la marea del Golfo de México. 2011 será el año del restablecimiento y la consolidación nos dará la ocasión de colocar los contadores en cero y ajustar el perímetro de nuestras actividades", explicó el presidente del grupo, el norteamericano Bob Dudley, que reemplazó el año pasado al británico Tony Hayward.